domingo, 27 de octubre de 2013

La breve historia de un dictador en Paseo de la Reforma (Crónica)



  • La polémica del Parque de la amistad y el Monumento al genocidio de Jodyali


SM Rico

Un inquilino incómodo
Ocurrió al final del sexenio pasado, el de Marcelo Ebrard Casaubón, durante el segundo semestre del 2012 y terminó en los primeros meses de 2013 en la Ciudad de México. Fue una corta historia de menos de un año pero que algunos recordarán por siempre; empezó por una sola palabra y la defectuosa redacción en una placa, pero en especial por la estatua de un parque.  

Se encontraba en franca tranquilidad y en espera de cada amanecer; en una silla de bronce y una base de mármol blanco, con su país a las espaldas y viendo con orgullo al horizonte. El incidente provocado por esta polémica estatua nos recordará por mucho tiempo que hay historia más allá de nuestras fronteras.

Fue la estatua de Heydar Aliyev, ex presidente de la República de Azerbaiyán, que se colocó en un parque ubicado sobre Paseo de la Reforma; justo en la unión con circuito Gandhi, a un lado del Deportivo Chapultepec y enfrente del Museo de Arte Moderno. 

Esta obra fue donada por el gobierno azerí, junto con un monumento en conmemoración al genocidio de Jodyali, que en los hechos consistió en el asesinato de más de 600 civiles en un conflicto armado, entre Azerbaiyán y Armenia, conocido como: La Guerra de Nagorno Karabaj y que ocurrió en la región sureste del Cáucaso, específicamente en la Ciudad de Jodyali (Xocali). Este otro monumento fue colocado en la remodelada Plaza de Tlaxcoaque y al igual que la estatua de Paseo de la Reforma desató una gran variedad de opiniones que al final abrieron camino a la reflexión y al análisis. 

En un inicio, las críticas

En una entrevista para MVS radio a principios de noviembre de 2012, el ex rector de la UNAM José Sarukhán criticó como inconveniente la decisión del Gobierno del D.F de permitir la permanencia de la estatua de Heydar Aliyev y evidenció su ignorancia en cuanto a lo que ocurre en el mundo, afirmando que este acto no le hace ningún favor a una ciudad que está pretendiendo ser de avanzada. 

Anteriormente, en un artículo publicado en el periódico El Universal el 26 de octubre de 2012, recordó las descripciones al respecto del ex mandatario protagonista de esta polémica; describiéndolo como un personaje de personalidad tirana y que ha sido reconocido por su crueldad, corrupción y oportunismo político. El también miembro del Colegio Nacional desde 1987, señaló también como desafortunada la mención de la palabra genocidio en la placa del monumento de la Plaza de Tlaxcoaque. 

Este monumento aún se encuentra ubicado en el centro de la ciudad, cerca de la estación del Metro Pino Suarez y fue donado también por el gobierno de Azerbaiyán. Sarukhán mencionó que es una manera en la que esta república otomana trata de blanquear su imagen ante el mundo para tratar de tapar las atrocidades cometidas a principios del siglo XX, en un hecho conocido como: el genocidio armenio y en el cual murieron alrededor de un millón y medio de personas.

Por su parte en otro artículo publicado también en El Universal el 21 de octubre de 2012, el historiador Jean Meyer resume parte de la carrera de este personaje: “en 1944 inició su carrera en la KGB, posteriormente de 1969 a 1982 mandó en Azerbaiyán por medio de la autoridad que le confiere su posición en la Unión Soviética y aquí es donde tuvo contacto con la mafia azerí enriqueciéndose.

Mijaíl Gorbachov en ese entonces lo despide por actos de corrupción en 1987, sin embargo a la caída de la URSS y envuelto en la bandera del nacionalismo aprovecha un golpe militar y llega a la presidencia en 1993, firmando una tregua el año siguiente con Armenia y acaparando el poder político en su país desde entonces, hasta su muerte en 2003, quedando inmediatamente la república en manos de su hijo, Ilham Aliyev que es actualmente el presidente de Azerbaiyán". 

Jean Meyer menciona que por conducto de sus sedes diplomáticas en diferentes países, Aliyev busca sistemáticamente resaltar la imagen de su padre con obras parecidas a las que se encuentran ahora en la Ciudad de México y que fueron inauguradas el 22 de agosto de 2012. En cuanto a la placa, refiere sobre la polémica palabra incluida en ella (genocidio) como: “una propaganda inadmisible contra Armenia”.  

Otra de las voces que se pronunciaron al respecto fue la de Jacobo Dayan director de contenidos del Museo Memoria y Tolerancia, quien en entrevistas a W Radio y posteriormente a Carmen Aristegui en noviembre de 2012, llamó la atención sobre el Monumento al genocidio de Jodyali; afirmando que lo ocurrido en ese lugar es condenable, pero que no se puede hablar de genocidio a la ligera.

Esperando el amananecer
El problema de poner esta palabra en la placa de la estatua de la Plaza de Tlaxcoaque, comentó, radica en las implicaciones de su utilización ya que a nivel internacional no existe aún un consenso en cuanto al uso del término y porque implicaría el hacer responsables a los armenios de este tipo de actos, cuando también ellos, fueron víctimas de genocidio por parte del desaparecido Imperio Otomano a principios del siglo XX.

Días más tarde en vista de las constantes declaraciones en los medios, el ministro de relaciones exteriores de la Republica de Armenia, de la que al 2012 no existía sede diplomatica en nuestro país, Edward Nalbandian fijó su posición, negando que las críticas por la estatua fueran parte de una guerra mediática en contra de Azerbaiyán y aseguró que el gobierno del D.F era en encargado de resolver si su decisión fue correcta o no.

Indicó en definitiva que la estatua no traería ningún honor a la Ciudad de México. Estas declaraciones tuvieron efecto, y horas más tarde, la entonces secretaria de relaciones exteriores, Patricia Espinoza se comprometió ante los medios de comunicación a informar oficialmente al Gobierno de la Ciudad sobre la postura del gobierno de Armenia.


La defensa

El embajador de Azerbaiyán Ilgar Mukhtarov en voz de su secretario particular Manuel Luna, mencionó en una entrevista concedida a Carmen Aristegui, que Aliyev no lideró su país por 30 años como se mencionó, pues Azerbaiyán tiene solo 20 años de independencia y los cargos de presidente de la república solo fueron dos de cinco años cada uno; presentándose para su segunda elección más de 1500 observadores para avalarla.

Parque rehabilitado, pero sin bancas
El contexto en el que se desarrollan los hechos que se describen como genocidio, dijo, fue que Armenia invadió Azerbaiyán creando un éxodo de más de un millón y medio de refugiados. Murieron 75,000 personas por esta invasión, sin embargo se destaca a la Ciudad de Jodyali por la crueldad con la que se llevó cabo la masacre de civiles

Describió que del 25 al 26 de febrero de 1992 en una sola noche “se borró” a la población del lugar, lo que implicaba para ellos que fuera más que aceptable el uso de la palabra genocidio.  Remató  con la afirmación de que el poder legislativo mexicano, después de estar debatiendo un año sobre ese tema en comisiones, aceptó que se usara este término para la placa del monumento de la Plaza de Tlaxcoaque. 

En cuanto a la estatua de Paseo de la Reforma mencionó que el nombre del convenio que se firmó con el Consejo Rector del Bosque fue: Proyecto para la renovación y creación del espacio Parque de la amistad México – Azerbaiyán y memoria de Heydar Aliyev; por lo tanto desde un principio ya se conocía el nombre del personaje y las razones de la construcción y recordó que la firma de este convenio  comprometía  al Gobierno del D.F a dejar la estatua ahí por 99 años. 

Luna aclaró también que los 65 millones de pesos que se requirieron para las obras (52milones para la Plaza de Tlaxcoaque y  13 para Chapultepec) no fueron entregados al gobierno de la ciudad, sino que fueron recursos propios de la embajada y solo significan el gasto generado en México pues en realidad la totalidad del proyecto tuvo un costo aproximado de entre 80 y 90 millones de pesos; lo único que hizo el gobierno del D.F fue conceder los espacios en donde se realizarían las obras y que suman un total de tres hectáreas: 1.7 en Chapultepec y 1.3 en la Plaza de Tlaxcoaque. 

Plaza de Tlaxcoaque
Y concluyó, en que la razón de que sea Heydar Aliyev la persona que ocupa el monumento de Chapultepec es en conmemoración a la visita que realizó como parte de la delegación soviética en 1982, (años antes del independencia de Azerbaiyán) y en la cual fue recibido por el entonces presidente José López Portillo, estrechando desde entonces lazos de amistad entre nuestro país y la futura república.  

La versión del gobierno del D.F

Felipe Leal titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del gobierno de la Ciudad de México (Seduvi), al hablar sobre la estatua de Chapultepec, mencionó días más tarde que el gobierno del D.F no podría intervenir en los conflictos que otras naciones tengan entre sí. 

Y recordó que en el Palacio del Ayuntamiento, Marcelo Ebrard, en presencia del entonces embajador de Azerbaiyán, anunció los trabajos que se realizarían, desde 2011; posteriormente se iniciarían las obras en México a partir de enero de 2012. Las voces en contra se hicieron escuchar cuando la estatua ya se había colocado, sin embargo del monumento y del nombre del personaje ya se tenía conocimiento, por lo menos, desde un año antes, en el Consejo Rector del Bosquede Chapultepec
 
El gol.

Conmemoración del genocidio
En cuanto al Consejo Rector del Bosque de Chapultepec, quienes principalmente clamaron por quitar la estatua en voz de Beatriz Bugeda y Mónica del Villar, durante una entrevista para la primera emisión de noticias MVS, dijeron que se deslindaron de la aprobación de la obra en cuanto conocieron quien era el personaje. Indicaron que en 2011 se les presentó el anteproyecto de la obra para su aprobación pero su error principalmente fue no investigar sobre los antecedentes de Aliyev. 

Y fue cuestión de un par de días, durante ese último trimestre de 2012 que en ese mismo espacio informativo se presentara José Campillo García, director de Bosques Urbanos y Educación Ambiental, mostrando algunos documentos, entre ellos, un conjunto de correos electrónicos en los que se destaca que el Consejo Rector incurría en “ciertas imprecisiones”.

Explicó que el acuerdo para la remodelación e instalación de la estatua se firmó en 2011, ahí quedó asentado que estaban a favor de la obra desde un principio y fue hasta el 28 de enero 2012 cuando del Villar por correo electrónico se comunicó con los miembros del Consejo Rector y con Martha Delgado, Secretaria del Medio Ambiente del D.F informándoles que se acababa de enterar de los antecedentes del padre de la patria de la República de Azerbaiyán. 

Lo que quedo en el pequeño parque
En palabras de Campillo, las dos quedaron sorprendidas por haber cometido el error de no tener idea alguna, de quien era Heydar Aliyev cuando aceptaron que estuviera la estatua; en parte del texto de estos correos electrónicos se reconoce por parte de Mónica del Villar que esto no convenía a México ni al Gobierno de la ciudad pero para entonces ya era demasiado tarde. Martha Delgado escribió: “el gol nos lo han metido a todos” al referirse a los involucrados. 

El inicio del sexenio y el final de la historia

Sin embargo y con nuevo jefe de gobierno la historia de la estatua terminó en los primeros meses de 2013 con el apoyo popular al Consejo Rector y con voces que simplemente no la querían a la vista del público; de las de mayor relevancia fueron las ofrecidas a los medios por del Coordinador de Asuntos Internacionales del gobierno del DF, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y la del Doctor Lorenzo Meyer, los cuales coincidieron fundamentalmente en que la estatua no solo debía de irse del parque sino de la Ciudad de México. 

El retiro de la estatua ocurrió a pesar de las voces que predecían un conflicto internacional entre México y la República de Azerbaiyán y aunque en las pláticas que culminaron con el retiro la efigie se había comentado a los medios por conducto del nuevo secretario de gobierno del D.F Héctor Serrano, que se estaban buscando sedes alternas para su reubicación, en la realidad no se tenía una idea clara de en qué lugar por más lejano o escondido que fuera, la polémica no la alcanzaría nuevamente, mientras estuviera la vista del público.

Para darle punto final a este tema en los medios, el nuevo jefe de Gobierno del D.F, Miguel Ángel Mancera, en información publicada en El Excélsior, informó que por su parte se comprometió desde antes de tomar el cargo, a respetar la decisión tomada por la comisión de expertos que el gobierno anterior reuniera para analizar el tema; los cuales determinaron que la efigie del expresidente no debía permanecer ahí. 

Hasta el momento, su nueva ubicación no se ha determinado con la embajada de Azerbaiyán, aun así, se espera que sea en un lugar cerrado, también se pretende la creación de una nueva comisión (otra más), que sera llamada "comisión de monumentos", una que evitará que en el futuro vuelva a suceder que “les metan gol” a los encargados de estos temas y también conflictos de este tipo, a las autoridades y la sociedad en general.

Y así, en una bodega de la Seduvi en Azcapotzalco, oculta de las miradas y de sus enemigos, se quedará cubierta la estatua de Heydar Aliyev; ya no podrá mirar de nuevo el amanecer junto al enorme mapa de mármol en el pequeño parque en Chapultepec. 

Campanas en silencio
Sin embargo nos dejará reflexionando y con curiosidad de conocer toda la historia, no solo para saber qué tan tirano fue nuestro breve “inquilino incómodo”, sino para poder formarnos una opinión sobre el por qué se puede llamar o no genocidio a lo ocurrido en ese lejano lugar del Cáucaso; parece solo una palabra, pero detrás de ella hay muchas cosas más.

Al final de esta historia lo que tenemos son dos estatuas (una se fue y otra se quedó), una placa mal redactada, una fuente y hasta unas campanas para esta iglesia que se ve en la imagen de la Plaza de Tlaxcoaque; objetos que originaron gran polémica y nos dejaron una gran lección: hay que conocer la historia completa antes de dar el sí.


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