- La polémica del Parque de la amistad y el Monumento al genocidio de Jodyali
SM Rico
Ocurrió
al final del sexenio pasado, el de Marcelo Ebrard Casaubón, durante el segundo
semestre del 2012 y terminó en los primeros meses de 2013 en la Ciudad de
México. Fue una corta historia de menos de un año pero que algunos recordarán
por siempre; empezó por una sola palabra y la defectuosa redacción en una
placa, pero en especial por la estatua de un parque.
Se
encontraba en franca tranquilidad y en espera de cada amanecer; en una silla de
bronce y una base de mármol blanco, con su país a las espaldas y viendo con
orgullo al horizonte. El incidente provocado por esta polémica estatua nos
recordará por mucho tiempo que hay historia más allá de nuestras fronteras.
Fue
la estatua de Heydar Aliyev, ex presidente de la República de Azerbaiyán, que se
colocó en un parque ubicado sobre Paseo de la Reforma; justo en la unión con circuito
Gandhi, a un lado del Deportivo Chapultepec y enfrente del Museo de Arte
Moderno.
Esta
obra fue donada por el gobierno azerí, junto con un monumento en conmemoración
al genocidio de Jodyali, que en los hechos consistió en el asesinato de más de
600 civiles en un conflicto armado, entre Azerbaiyán y Armenia, conocido como: La Guerra de Nagorno Karabaj y que ocurrió
en la región sureste del Cáucaso, específicamente en la Ciudad de Jodyali (Xocali).
Este otro monumento fue colocado en la remodelada Plaza de Tlaxcoaque y al
igual que la estatua de Paseo de la Reforma desató una gran variedad de
opiniones que al final abrieron camino a la reflexión y al análisis.
En un inicio, las
críticas
En
una entrevista para MVS radio a principios de noviembre de 2012, el ex rector
de la UNAM José Sarukhán criticó como inconveniente la decisión del Gobierno
del D.F de permitir la permanencia de la estatua de Heydar Aliyev y evidenció su
ignorancia en cuanto a lo que ocurre en el mundo, afirmando que este acto no le
hace ningún favor a una ciudad que está pretendiendo ser de avanzada.
Anteriormente,
en un artículo publicado en el periódico El Universal el 26 de octubre de 2012, recordó las descripciones al respecto del
ex mandatario protagonista de esta polémica; describiéndolo como un personaje
de personalidad tirana y que ha sido reconocido por su crueldad, corrupción y
oportunismo político. El también miembro del Colegio Nacional desde 1987, señaló
también como desafortunada la mención de la palabra genocidio en la placa del
monumento de la Plaza de Tlaxcoaque.
Este
monumento aún se encuentra ubicado en el centro de la ciudad, cerca de la
estación del Metro Pino Suarez y fue donado también por el gobierno de
Azerbaiyán. Sarukhán mencionó que es una manera en la que esta república
otomana trata de blanquear su imagen ante el mundo para tratar de tapar las
atrocidades cometidas a principios del siglo XX, en un hecho conocido como: el genocidio armenio y en el cual
murieron alrededor de un millón y medio de personas.
Por
su parte en otro artículo publicado también en El Universal el 21 de octubre de 2012, el historiador Jean Meyer resume parte
de la carrera de este personaje: “en 1944 inició su carrera en la KGB, posteriormente
de 1969 a 1982 mandó en Azerbaiyán por medio de la autoridad que le confiere su
posición en la Unión Soviética y aquí es donde tuvo contacto con la mafia azerí
enriqueciéndose.
Mijaíl
Gorbachov en ese entonces lo despide por actos de corrupción en 1987, sin
embargo a la caída de la URSS y envuelto en la bandera del nacionalismo
aprovecha un golpe militar y llega a la presidencia en 1993, firmando una
tregua el año siguiente con Armenia y acaparando el poder político en su país
desde entonces, hasta su muerte en 2003, quedando inmediatamente la república
en manos de su hijo, Ilham Aliyev que es actualmente el presidente de
Azerbaiyán".
Jean Meyer
menciona que por conducto de sus sedes diplomáticas en diferentes países, Aliyev
busca sistemáticamente resaltar la imagen de su padre con obras parecidas a las
que se encuentran ahora en la Ciudad de México y que fueron inauguradas el 22
de agosto de 2012. En cuanto a la placa, refiere sobre la polémica palabra
incluida en ella (genocidio) como: “una propaganda inadmisible contra Armenia”.
Otra
de las voces que se pronunciaron al respecto fue la de Jacobo Dayan director de
contenidos del Museo Memoria y Tolerancia, quien en entrevistas a W Radio y posteriormente a Carmen
Aristegui en noviembre de 2012, llamó la atención sobre el Monumento al
genocidio de Jodyali; afirmando que lo ocurrido en ese lugar es condenable, pero
que no se puede hablar de genocidio a la ligera.
Esperando el amananecer |
El problema de poner esta palabra
en la placa de la estatua de la Plaza de Tlaxcoaque, comentó, radica en las
implicaciones de su utilización ya que a nivel internacional no existe aún un consenso
en cuanto al uso del término y porque implicaría el hacer responsables a los
armenios de este tipo de actos, cuando también ellos, fueron víctimas de
genocidio por parte del desaparecido Imperio Otomano a principios del siglo XX.
Días
más tarde en vista de las constantes declaraciones en los medios, el ministro
de relaciones exteriores de la Republica de Armenia, de la que al 2012 no existía sede diplomatica en nuestro país, Edward Nalbandian fijó su posición, negando
que las críticas por la estatua fueran parte de una guerra mediática en contra de
Azerbaiyán y aseguró que el gobierno del D.F era en encargado de resolver si su
decisión fue correcta o no.
Indicó
en definitiva que la estatua no traería ningún honor a la Ciudad de México. Estas
declaraciones tuvieron efecto, y horas más tarde, la entonces secretaria de
relaciones exteriores, Patricia Espinoza se comprometió ante los medios de comunicación
a informar oficialmente al Gobierno de la Ciudad sobre la postura del gobierno
de Armenia.
La defensa
El
embajador de Azerbaiyán Ilgar Mukhtarov en voz de su secretario particular
Manuel Luna, mencionó en una entrevista concedida a Carmen Aristegui, que
Aliyev no lideró su país por 30 años como se mencionó, pues Azerbaiyán tiene
solo 20 años de independencia y los cargos de presidente de la república solo
fueron dos de cinco años cada uno; presentándose para su segunda elección más
de 1500 observadores para avalarla.
Parque rehabilitado, pero sin bancas |
El contexto en el que se
desarrollan los hechos que se describen como genocidio, dijo, fue que Armenia
invadió Azerbaiyán creando un éxodo de más de un millón y medio de refugiados. Murieron
75,000 personas por esta invasión, sin embargo se destaca a la Ciudad de Jodyali
por la crueldad con la que se llevó cabo la masacre de civiles.
Describió
que del 25 al 26 de febrero de 1992 en una sola noche “se borró” a la población
del lugar, lo que implicaba para ellos que fuera más que aceptable el uso de la
palabra genocidio. Remató con la afirmación de que el poder legislativo mexicano,
después de estar debatiendo un año sobre ese tema en comisiones, aceptó que se
usara este término para la placa del monumento de la Plaza de Tlaxcoaque.
En
cuanto a la estatua de Paseo de la Reforma mencionó que el nombre del convenio
que se firmó con el Consejo Rector del
Bosque fue: Proyecto para la renovación y
creación del espacio Parque de la amistad México – Azerbaiyán y memoria de
Heydar Aliyev; por lo tanto desde un principio ya se conocía el nombre del
personaje y las razones de la construcción y recordó que la firma de este
convenio comprometía al Gobierno del D.F a dejar la estatua ahí por
99 años.
Luna aclaró también que los 65
millones de pesos que se requirieron para las obras (52milones para la Plaza de
Tlaxcoaque y 13 para Chapultepec) no
fueron entregados al gobierno de la ciudad, sino que fueron recursos propios de
la embajada y solo significan el gasto generado en México pues en realidad la
totalidad del proyecto tuvo un costo aproximado de entre 80 y 90 millones de
pesos; lo único que hizo el gobierno del D.F fue conceder los espacios en donde
se realizarían las obras y que suman un total de tres hectáreas: 1.7 en Chapultepec
y 1.3 en la Plaza de Tlaxcoaque.
Plaza de Tlaxcoaque |
Y
concluyó, en que la razón de que sea Heydar Aliyev la persona que ocupa el
monumento de Chapultepec es en conmemoración a la visita que realizó como parte
de la delegación soviética en 1982, (años antes del independencia de Azerbaiyán)
y en la cual fue recibido por el entonces presidente José López Portillo,
estrechando desde entonces lazos de amistad entre nuestro país y la futura
república.
La versión del
gobierno del D.F
Felipe
Leal titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del gobierno de
la Ciudad de México (Seduvi), al hablar sobre la estatua de Chapultepec, mencionó
días más tarde que el gobierno del D.F no podría intervenir en los conflictos
que otras naciones tengan entre sí.
Y
recordó que en el Palacio del Ayuntamiento, Marcelo Ebrard, en presencia del
entonces embajador de Azerbaiyán, anunció los trabajos que se realizarían,
desde 2011; posteriormente se iniciarían las obras en México a partir de enero
de 2012. Las voces en contra se hicieron escuchar cuando la estatua ya se había
colocado, sin embargo del monumento y del nombre del personaje ya se tenía
conocimiento, por lo menos, desde un año antes, en el Consejo Rector del Bosquede Chapultepec.
El gol.
Conmemoración del genocidio |
Y
fue cuestión de un par de días, durante ese último trimestre de 2012 que en ese
mismo espacio informativo se presentara José Campillo García, director de
Bosques Urbanos y Educación Ambiental, mostrando algunos documentos, entre
ellos, un conjunto de correos electrónicos en los que se destaca que el Consejo
Rector incurría en “ciertas imprecisiones”.
Explicó
que el acuerdo para la remodelación e instalación de la estatua se firmó en
2011, ahí quedó asentado que estaban a favor de la obra desde un principio y fue
hasta el 28 de enero 2012 cuando del Villar por correo electrónico se comunicó
con los miembros del Consejo Rector y con Martha Delgado, Secretaria del Medio
Ambiente del D.F informándoles que se acababa de enterar de los antecedentes
del padre de la patria de la
República de Azerbaiyán.
Lo que quedo en el pequeño parque |
El inicio del
sexenio y el final de la historia
Sin
embargo y con nuevo jefe de gobierno la historia de la estatua terminó en los primeros
meses de 2013 con el apoyo popular al Consejo Rector y con voces que
simplemente no la querían a la vista del público; de las de mayor relevancia
fueron las ofrecidas a los medios por del Coordinador de Asuntos Internacionales
del gobierno del DF, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y la del Doctor Lorenzo Meyer, los cuales coincidieron fundamentalmente en que la estatua no solo debía
de irse del parque sino de la Ciudad de México.
El
retiro de la estatua ocurrió a pesar de las voces que predecían un conflicto
internacional entre México y la República de Azerbaiyán y aunque en las
pláticas que culminaron con el retiro la efigie se había comentado a los medios
por conducto del nuevo secretario de gobierno del D.F Héctor Serrano, que se estaban
buscando sedes alternas para su reubicación, en la realidad no se tenía una idea
clara de en qué lugar por más lejano o escondido que fuera, la polémica no la
alcanzaría nuevamente, mientras estuviera la vista del público.
Para
darle punto final a este tema en los medios, el nuevo jefe de Gobierno del D.F, Miguel Ángel
Mancera, en información publicada en El Excélsior, informó que por su parte se
comprometió desde antes de tomar el cargo, a respetar la decisión tomada por la
comisión de expertos que el gobierno anterior reuniera para analizar el tema;
los cuales determinaron que la efigie del expresidente no debía permanecer ahí.
Hasta
el momento, su nueva ubicación no se ha determinado con la embajada de
Azerbaiyán, aun así, se espera que sea en un lugar cerrado, también se pretende
la creación de una nueva comisión (otra más), que sera llamada "comisión de monumentos", una
que evitará que en el futuro vuelva a suceder que “les metan gol” a los
encargados de estos temas y también conflictos de este tipo, a las autoridades
y la sociedad en general.
Y
así, en una bodega de la Seduvi en Azcapotzalco, oculta de las miradas y de sus
enemigos, se quedará cubierta la estatua de Heydar Aliyev; ya no podrá mirar de
nuevo el amanecer junto al enorme mapa de mármol en el pequeño parque en Chapultepec.
Campanas en silencio |
Sin
embargo nos dejará reflexionando y con curiosidad de conocer toda la historia,
no solo para saber qué tan tirano fue nuestro breve “inquilino incómodo”, sino
para poder formarnos una opinión sobre el
por qué se puede llamar o no genocidio a lo ocurrido en ese lejano lugar del
Cáucaso; parece solo una palabra, pero detrás de ella hay muchas cosas más.
Al
final de esta historia lo que tenemos son dos estatuas (una se fue y otra se quedó), una
placa mal redactada, una fuente y hasta unas campanas para esta iglesia que se
ve en la imagen de la Plaza de Tlaxcoaque; objetos que originaron gran polémica
y nos dejaron una gran lección: hay que conocer la historia completa antes de
dar el sí.
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