SM Rico*
Con el paro temporal de labores de once planteles de la UNAM en solidaridad con la CNTE se genera una gran polémica entre los enterados, los afectados y los molestos.Y en las pantallas de TV, se mantiene la posición de condena contra aquellos que no comprenden que la reforma educativa ya es un hecho. En los noticiarios, están frente a nosotros unos líderes que apenas y se nombran y una profesión que queda reducida a la simpleza, como integrada por “revoltosos e ignorantes”
Sin indagar solo se condena y es entonces que se pierde la amistad y se pierde la cordura; se pierde la perspectiva, lo aprendido y los libros que leímos sobre nuestra historia.
La reforma educativa va de lo necesario a lo mal planeado y de ahí a un futuro incierto; el poder de los grupos magisteriales al defender sus intereses nos dejan ver su insuficiencia ante el gobierno y sus pantallas; y la pregunta es: cuando llegue una reforma que nos afecte a nosotros ¿habrá quien nos apoye para evitarla? o nos quedaremos callados para no ser como los repudiados alborotadores que se deberían ir de nuestras calles.
Como universitarios, más que obligación, nuestro reto es la comprensión y la conciencia, el obtener todos los datos para llegar a conocer la verdad; no la verdad de un grupo, el apoyo incondicional a un líder o a quien esté en contra de lo establecido; sino el conocimiento del objeto de nuestro estudio que es la sociedad en su compleja diversidad, para así darnos cuenta de la manera en que nuestra realidad cambia y la forma en la que próximamente nos alcanzara a nosotros también.
Cambiar al sistema es la necesidad de convertir al Estado en algo más, que en el dueño de nuestras vidas.
*Artículo publicado en La Carpa.com.mx septiembre 20 de 2013
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