lunes, 13 de julio de 2015

El futuro de Europa

Héctor Tenorio

En primer lugar la crisis en Grecia refleja la carencia de solidaridad en la Unión Europea donde hay una ausencia de mecanismos necesarios que deben acompañar en un área monetaria. Este es un proyecto que se ha quedado ensimismado en un continente donde se revelan las asimetrías como la de compartir una moneda mientras se amplían aceleradamente las diferencias económicas. 

Hasta ahora los acreedores imponen recortes crecientes al presupuesto, generando así una espiral de estancamiento, al parecer ha sido una limitación más que un medio de control. Lo adecuado es llevar a la sociedad griega a que modifiquen las fallas de las que emanan sus debilidades y carencias. Se requiere menos recortes y más reformas. Si los griegos fracasan no solo sería una falla económica sino política. Quizá estemos presenciando el principio del fin de la experiencia comunitaria que podría extinguirse en diez años.

En este contexto, todo parece indicar que Grecia alcanzaría un rescate de 53.500 millones de euros en los próximos tres años. El objetivo es evitar la bancarrota y la salida del euro. Los helenos necesitan ayuda de inmediato para sus bancos, al sector financiero griego le quedan días para lograr una reestructuración. La última oferta europea consiste en que Atenas se comprometa a hacer concesiones  circunscritas a las subidas de impuestos. 

Los griegos rebajaron el gasto militar, pero fue menos de lo que esperaban sus socios, en cambio cedieron en la privatización de los puertos del Pireo y Salónica. Pero no ofrecieron medidas adicionales en pensiones, es la manzana de la discordia de la negociación. Incluso pidieron incluir una petición de reestructuración de la deuda, el Gobierno de Alexis Tsipras llamó al Congreso griego a la unidad.

Los helenos que en el referéndum  del pasado 5 de julio, votaron por el No (61 por ciento) recibieron decepcionados la propuesta final de Tsipras. La oposición convocó a una manifestación contra la austeridad el 13 de julio. Aunque haya acuerdo entre las partes, solo sería el inicio del montaje final del programa. El Fondo Monetario Internacional se ha mantenido a la expectativa.

Ahora bien, la más afectada con la rebelión griega ha sido la canciller alemana Angela Merkel quien promueve una propuesta más dura para un programa completo y de más largo alcance. A está postura se han sumado Holanda, Austria, Finlandia, Eslovaquia y Eslovenia.  Paradójicamente los alemanes en la segunda Guerra Mundial,  no consiguieron  el control permanente de Europa, ahora lo estaban logrando por la vía de la economía. Actualmente el liderazgo financiero de Merkel ha roto todas las fronteras, los euros tienen mayor alcance que las bayonetas.  

Vale la pena recordar que Alemania fue beneficiada por el Acuerdo de Londres de 1953 que le otorgó la quita total de su deuda con la que financió su desarrollo posterior. Es la misma Alemania que hoy es un agiotista que no perdona nada a sus deudores.

Del otro lado de la trinchera, Francia desarrolla un papel de conciliador, pretende lograr un acuerdo que permita a Grecia permanecer en la eurozona. Italia y Luxemburgo, se han sumado. Mientras que  España, Portugal, Irlanda, Bélgica, Chipre han adoptado posturas más conciliadoras. Los gobiernos de España y Portugal pronto tendrán elecciones, temen perder el poder por lo ocurrido en Grecia.

Queda claro que el  neoliberalismo es un proyecto económico genocida entre sus principales victimas está la población vulnerable de ancianos y niños. En este panorama la democracia parece llamada a ser un freno a la lógica del mercado, donde las personas se convierten en estadísticas.

tenorio_hector@hotmail.com

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