domingo, 16 de noviembre de 2014

Un Estado asesino, ningún buen fin


SM Rico

Un día nublado, un fin de semana largo, una espera que poco a poco se termina; en todo el país, en todo el mundo y en pocos medios, se continúa hablando de nuestra tragedia: un Estado corrupto, una policía cómplice y un ejecutivo blando y que por dos años sostuvo con alfileres una imagen de heroico reformador.
A pesar de las múltiples técnicas utilizadas una y otra vez en el pasado, el gobierno federal no ha podido contener el descrédito y la inutilidad de sus acciones, para recuperar o por lo menos aparentar, calma en el país. Un llamado a la justicia siempre puede ser aprovechado por grupos violentos y es también una oportunidad de etiquetar a todos con las mismas palabras.
Viernes 14 de noviembre, un calor que se siente en el entorno a pesar de ser tan temprano, son las 9:00 de la mañana, dos carreteras distintas, dos caras de la moneda; la primera la autopista México – Cuernavaca, se busca justicia por un secuestro apenas horas antes; es una de tantas y también una más que esperará.
La segunda, en la caseta México – Puebla, en este caso, encapuchados manifestándose, toman el control de ésta y cobran por dejar pasar a los que cruzan por ella. Son dos caras de la moneda al igual que con el cierre de plazas comerciales; por un lado en la Ciudad de México algunos activistas dan información y volantes por algunos minutos y en cambio en Oaxaca otros realizan saqueos y robos.
Sometida a fuertes golpes que le han dejado hondas heridas, la sociedad mexicana, en cada video, en cada noticia y en cada nuevo caso de corrupción, se convence de que la manifestación y la exigencia, más que molestas, son necesarias.
Ofertas fingidas y un adelanto de dinero que no garantiza abundancia; pantallas y meses sin intereses que se convertirán en deudas de año y medio; la apuesta de los comerciantes y su único interés es aumentar las ventas, no ayudar a los que menos tienen como afirmara el empresario Vicente Yáñez al solicitar el uso de fuerzas federales en los centros comerciales en contra de manifestantes.
El fin de semana será muy largo; un estudiante herido de bala, disparos y granaderos en Ciudad Universitaria ocurren al caer la noche, los alumnos serán llamados provocadores una vez más, usarán la excusa de que se necesita mano firme; sin embargo solo avivan el fuego y el odio. 
El Estado busca que ellos cometan el siguiente error para así poder etiquetar todo reclamo legítimo de la misma manera, una estrategia más que no resultará; lo intentaron con la puerta del zócalo, lo hicieron en Guerrero, lo probaron en cada marcha y no pudieron lograrlo. Amanecerá de nuevo y la gente decidirá: mirar una pantalla barata o ver con sus propios ojos la verdad.






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