SM Rico
Un
día nublado, un fin de semana largo, una espera que poco a poco se termina; en
todo el país, en todo el mundo y en pocos medios, se continúa hablando de
nuestra tragedia: un Estado corrupto, una policía cómplice y un ejecutivo
blando y que por dos años sostuvo con alfileres una imagen de heroico
reformador.
A
pesar de las múltiples técnicas utilizadas una y otra vez en el pasado, el
gobierno federal no ha podido contener el descrédito y la inutilidad de sus
acciones, para recuperar o por lo menos aparentar, calma en el país. Un llamado
a la justicia siempre puede ser aprovechado por grupos violentos y es también
una oportunidad de etiquetar a todos con las mismas palabras.
Viernes
14 de noviembre, un calor que se siente en el entorno a pesar de ser tan
temprano, son las 9:00 de la mañana, dos carreteras distintas, dos caras de la
moneda; la primera la autopista México – Cuernavaca, se busca justicia por un
secuestro apenas horas antes; es una de tantas y también una más que esperará.
La
segunda, en la caseta México – Puebla, en este caso, encapuchados
manifestándose, toman el control de ésta y cobran por dejar pasar a los que
cruzan por ella. Son dos caras de la moneda al igual que con el cierre de
plazas comerciales; por un lado en la Ciudad de México algunos activistas dan
información y volantes por algunos minutos y en cambio en Oaxaca otros realizan
saqueos y robos.
Sometida
a fuertes golpes que le han dejado hondas heridas, la sociedad mexicana, en
cada video, en cada noticia y en cada nuevo caso de corrupción, se convence de
que la manifestación y la exigencia, más que molestas, son necesarias.
Ofertas
fingidas y un adelanto de dinero que no garantiza abundancia; pantallas y meses
sin intereses que se convertirán en deudas de año y medio; la apuesta de los
comerciantes y su único interés es aumentar las ventas, no ayudar a los que
menos tienen como afirmara el empresario Vicente Yáñez al solicitar el uso de
fuerzas federales en los centros comerciales en contra de manifestantes.
El
fin de semana será muy largo; un estudiante herido de bala, disparos y
granaderos en Ciudad Universitaria ocurren al caer la noche, los alumnos serán
llamados provocadores una vez más, usarán la excusa de que se necesita mano
firme; sin embargo solo avivan el fuego y el odio.
El Estado
busca que ellos cometan el siguiente error para así poder etiquetar todo
reclamo legítimo de la misma manera, una estrategia más que no resultará; lo
intentaron con la puerta del zócalo, lo hicieron en Guerrero, lo probaron en
cada marcha y no pudieron lograrlo. Amanecerá de nuevo y la gente decidirá:
mirar una pantalla barata o ver con sus propios ojos la verdad.
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