SM Rico
Pocos recursos; diversas mantas, algunas tiendas de campaña y unas
tablas pintadas de blanco que sirven como muro para consignas y frases
de apoyo, están a la vista de los habitantes de una Ciudad de México que
en pocas horas celebraría la llegada del 2015. A pocos metros de ahí,
en la Glorieta de la Palma, una pantalla con un reloj y una cuenta
regresiva; solo faltan siete horas para el año nuevo.
Integrantes del plantón ubicado frente a las oficinas de la
Procuraduría General de la República (PGR), pertenecientes a Frente
Oriente iniciaron horas antes del fin de año, una serie de actividades
culturales y de información en apoyo a los padres de los estudiantes
desaparecidos.
Llegado el momento, faltando cinco horas para terminar 2014, se
dirigieron nuevamente hacia la Residencia Oficial de Los Pinos, en una
exigencia que no toma vacaciones ni manda mensajes de solidaridad desde
verdes campos por medio de un equipo de personas encargadas de las redes
sociales.
La respuesta fue peor que la anterior: un perímetro de policías
resguardaba la zona y obstruyó con camiones las calles alrededor,
asimismo la estación del metro
Constituyentes permaneció cerrada; la
respuesta una vez más, ocultar en la oscuridad de la luminaria pública
descompuesta, un cerco que no permitía ni la entrada ni la salida de
nadie en esa zona.
Para el resto de nuestra ciudad, por un lado la fiesta, y por otro,
una exigencia vigilada por cientos de policías antimotines, que
permanecieron agrupados junto a sus camiones azules y al mismo tiempo
que obstaculizaban el paso, buscaban no salir en la foto.
Aun así sus acciones continúan, presos de los reclusorios sur y norte,
algunos de ellos desde el 2012, se encuentran en huelga de hambre desde
el primer día de este año y a partir de lo que acuerden los familiares
de los normalistas, decidirán si llevan a cabo más marchas dentro de la
Ciudad de México.
En YouTube el Gobierno de la República recibe 2015 con el video
¡Bienvenido 2015! Y con una inocente voz machaca el mensaje presidencial
de hace algunas semanas: “Hoy con una tristeza que no se olvida,
tenemos la obligación de salir adelante”. Una frase, ninguna acción
contundente, un cambio solo en apariencia.
Las siete horas desde que empezaran los preparativos han pasado; el 2014
concluye y la cena de los manifestantes, en las calles, finaliza
también; la atención está con los turistas y no con los que siempre
viven aquí. La alegría, la tristeza y la incertidumbre se pierden por
unas horas entre música y fuegos artificiales. Sin embargo, la
conciencia de que algo falta es evidente y permanece.
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