miércoles, 2 de marzo de 2016

Hispano/Latino/Chicano – Jorge Mújica

Jorge Mújica Murias

Imagen de planoinformativo.com/
Estados Unidos es un país donde hay una desmedida costumbre de medir todo. En el fútbol americano se miden las yardas por cada pase, las yardas que el quarterback corre con la pelota; en béisbol no solo importan las carreras, sino cuántos lanzamientos hizo el pitcher y cuántos fueron strikes y cuántas bolas. Por eso el fútbol nunca ha pegado tan bien; ni modo que se cuenten los metros que se corre con la pelota o las veces que se tira a gol o cuántos metros mide el total de pases de cada jugador.

El caso es que en el censo de 1980 la administración de Ronald Reagan se inventó una categoría para lidiar con la creciente población que no correspondía ni a los blancos ni a los negros ni a los asiáticos. El censo preguntaba si la persona censada era de origen Español/Hispánica, y como categoría secundaria si era mexicano, mexicano-americano o chicano; puertorriqueño, cubano u otro, es decir, una mezcolanza de orígenes nacionales con lenguaje y con cultura, particularmente con el término “chicano” y el idioma como identificador.

Para 1990 agregaron varias nacionalidades, por la ola de refugiados de las guerras civiles centro y sud-americanas, una nueva población con la que tenían que lidiar: ya uno podía ser argentino, colombiano, dominicano, nicaragüense, salvadoreño, español u otro, además de mexicano o chicano. 


Diez años después agregaron otra, repetida en 2010, el famoso “latino”, porque cientos de miles de personas simplemente no cabían en las anteriores categorías, como los brasileños y los haitianos, y preferían identificarse con un origen geográfico como provenientes de latinoamérica, independientemente del idioma o nacionalidad. Nomás que “latino” también incluye a los franceses, italianos y rumanos, todos con lenguas derivadas del latín. De hecho, el concepto fue inventado en Francia en las épocas de Napoleón, para sustituir el apodo de Hispanoamérica que se le daba al continente, porque dejaba a Francia sin chance de reclamar algún pedacito.

Encima de todo, y como que queriendo aclarar la confusión, el censo tuvo que aclarar que “hispano” podía ser una persona de cualquier color, porque se toparon con los chinos de Jamaica y los negros de Belice y Puerto Rico y Cuba, que no todos eran hispanoparlantes pero tampoco eran blancos y sí venían de América Latina.

Total, que los gringos nunca nos han podido caracterizar bien. 

Raza y Punto

La historia de las clasificaciones de raza no son nuevas. A principios del siglo pasado, los inmigrantes finlandeses tuvieron que ganar en la Corte de Estados Unidos su derecho a ser considerados “blancos”, porque un congresista insistía en que eran “mongoles”. La cosa de ser “blanco” era que los que no lo era no podían hacerse ciudadanos de este país.

Ahora pasa una cosa similar con nosotros. El jueves pasado, tres jueces de la Corte de Apelaciones del segundo Circuito, con sede en Nueva York, decidieron que “hispano” es una raza. El caso trata de resolver una disputa laboral, en la que un policía blanco piensa que es mejor que un policía “hispano” en Nueva York, y demandó porque no lo ascendieron. 

Por alguna razón sus jefes prefirieron al “hispano”, y la única forma que este cuate encontró para demandar fue por discriminación racial invertida, es decir, porque un miembro de la mayoría blanca fue discriminado por un miembro de la minoría. La corte inicialmente le dijo que eso no podía ser, porque “hispano” no es una raza ni una nacionalidad, y los hispanos pueden ser de cualquier nacionalidad y color de piel, etcétera, así que no había discriminación.

Pero la Corte de Apelaciones si le dió la razón bajo el argumento de que si bien no es una discriminación por origen nacional, si es una discriminación “étnica” por las características de los ancestros del policía que obtuvo el ascenso.

Total, que los gringos siguen confundidos con nosotros, por culpa de su necesidad de clasificar las cosas y a la gente. 

Pero en el fondo de lo que se trata es simple: los “blancos” simplemente se sienten amenazados por los cambios en la población, y porque sienten que la “América blanca” es más “americana” cada día, es decir, más un reflejo de todo el continente americano, en vez de ser lo que era hasta hace medio siglo, más representativa del otro continente, el viejo, Europa. Y eso los apanica terriblemente.

Simplemente, pues, es puro racismo y cuestión de privilegios de la “raza blanca”.

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