Publicado en El Ciudadano el 30 de julio de 2014
http://www.elciudadano.cl/2014/07/30/110153/diplomatico-palestino-majed-bamya-habla-claro-sobre-el-conflicto-palestino-y-la-postura-de-hamas/ Video
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=0YRjCSazcL4
Acá les dejamos la traducción de la entrevista realizada por la cadena francesa France24, simpatizante de la causa israelí, al diplomático palestino Majed Bamya, que responde de forma clara y contundente a las preguntas, denunciando la situación de ocupación y colonización que vive el pueblo palestino.
Periodista: Bueno Sr. Majed Bamya, yo quisiera saber qué es lo que Uds. (la autoridad Palestina) le dicen a sus aliados de Hamas; porque es verdad que el Fatah hoy es aliado de Hamas. ¿Qué es lo que Ud. le dice a sus aliados de Hamas? ¿Ud. les dice “continúen esta guerra contra Israel” o Ud. les dice “acepten un cese al fuego”?
MB: A ver, déjeme entender. Hamas, que en esta agresión israelita y esta guerra ha hecho 27 muertos israelitas, de los cuales 25 militares, 25 de 27 son militares de la potencia de ocupación israelita seria una organización terrorista y de criminales; y esos que han hecho 530 muertos, de los cuales 90% civiles entre los cuales más de una centena de niños, sería el país civilizado? ¿Es eso lo que debemos comprender?
Nuestro Gobierno de Unidad Nacional se rige sobre la base de nuestros compromisos internacionales. Y se ha constituido para que podamos avanzar en el camino de la paz; pero también en el camino de la liberación nacional palestina, que es la condición de la paz.
¿Sobre qué base se construye la actual coalición gobernante israelita de extrema derecha? ¿Acaso no se construye sobre la base de la ocupación y la colonización?
¿Cómo vamos a llevar a Hamas hacia posiciones políticas más moderadas, si en 10 años de presidencia de Mahmud Abbas el gobierno de Israel ha construido más de cinco mil colonias en nuestras tierras?
¿Cómo vamos a traerlos hacia posturas moderadas mientras esta potencia de ocupación israelita mantiene como rehenes a 6.000 prisioneros palestinos?
¿Cómo vamos a convencer a nuestro pueblo que el actual gobierno de Israel es un aliado para la paz y no una potencia de ocupación y un régimen de apartheid que continúa la construcción del muro, realiza incursiones en nuestras ciudades en la misma Cisjordania, continúa matando palestinos y a nuestros niños? ¿Qué les vamos a decir hoy a los palestinos nosotros, que hemos defendido este proyecto de paz y de liberación por la vía política y por medios pacíficos?
Periodista: Sr. Majed, Ud. no responde a mi pregunta: ¿qué les dice Ud. a sus aliados de Hamas? ¿Nosostros los apoyamos en su . . . ¿
MB: Yo le respondo: ¿Qué quiere Ud. que yo les diga? Siete años de bloqueo a la banda de Gaza. Constante agresión con tanques y bombas a nuestros civiles ¿Qué les podemos decir? ¿Depongan las armas y déjense bombardear? ¿Ese es el discurso político que debemos llevar?
Estamos intentando llegar a un término de la agresión y un levantamiento del sitio por la vía política. Que la comunidad internacional nos ayude y entonces tendremos algo que decirle a Hamas. Que la comunidad internacional nos ayude a detener la agresión por la vía política y pacífica y en ese momento tendremos algo que decirle a Hamas.
Pero hay que hablarle a aquellos que se benefician de la total impunidad. Ud. sabe que Hamas está en la lista de organizaciones terroristas y ha sido boicoteado por la comunidad internacional mientras su interlocutor tiene presencia en Francia y nadie lo boicotea. Esta impunidad israelita continúa pese a lo que ocurre. Y la razón esencial por la cual el proceso de paz no avanza no es Hamas; es la ocupación y la negación de derechos a los palestinos desde hace 60 años.
Ya basta de decir que es porque hay revuelta de los esclavos que la esclavitud es aceptable. Por supuesto que a veces uno puede comportarse mal. Por supuesto que podemos incurrir en violación de derechos, basta con observarlo. Entonces que Israel venga y vayamos juntos a firmar el Tratado de Roma y que vayamos ante la Corte Penal Internacional y veremos. Ella determinará quién tiene razón y quién no.
Los tribunales militares israelitas no se ocupan más que de juzgar palestinos siendo que son completamente ilegítimos. Dígame cuantos colonos y soldados israelitas han sido juzgados por sus crímenes: CERO.
Entonces paremos. Se trata de que una potencia de ocupación ponga fin a la ocupación. Por el momento lo que tenemos son 530 muertos en total impunidad. Y el mundo espera y nos mira.
Traducción por Ozzy Bullanguero
El Ciudadano
CRÓNICA | Aviones y
drones de Israel dejan caer su furia, mientras Gaza intenta sobrevivir
en oscuridad
Por: Redacción / Sinembargo - julio 30 de 2014 - 14:57
De revista, Mundo, TIEMPO REAL, Último minuto - Sin comentarios
Destrucción total en una hora. Fotogramas tomados de video de Youtube
El sábado, cámaras de Al Jazeera captaron el momento en el que el barrio
de Shuaiyah –situado en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza–
fue reducido a escombros por los ataques aéreos israelíes. Fue
suficiente una hora. Estas son las imágenes. Fotogramas tomados de video
Por Témoris Grecko, especial para SinEmbargo
Ciudad de Gaza, 30 de julio (SinEmbargo).– Si en alguna pequeña medida
el estado de ánimo de los periodistas puede ser un indicador de lo que
padece la población sobre la que informan, el grupo de colegas que
esperaba se le permitiera salir de la Franja de Gaza brindó a los
cronistas que llegaban una elocuente primera impresión. Es decir, los
cuerpos oprimidos por un enorme agotamiento, los ojos sombreados por la
interacción cotidiana con la muerte y el dolor de otros, las bocas
intercambiando mensajes de esperanza ante la inminencia de la
liberación, las manos prestas a palmear las espaldas de los colegas que
apenas se dirigían hacia la guerra.
Habían pasado la peor noche, la del lunes al martes, en tres semanas de
conflicto. Lo fue para la zona, en general, por la decisión del ejército
israelí de tomar revancha por la muerte en combate de diez de sus
soldados, incluidos cinco que murieron en una sorpresiva incursión de
combatientes del grupo islamista Hamas en Israel, a través de un túnel.
Durante el período de oscuridad, los aviones y los drones de la fuerza
aérea, y la artillería de tierra y de mar, atacaron más de 150 objetivos
a lo largo y ancho de la Franja de Gaza, con estimaciones incompletas
que variaron entre 60 y 100 muertos.
Para los periodistas, en particular, fue también la velada más dura.
Frente al puerto de Gaza se agrupan unos pocos hoteles ocupados casi
exclusivamente por periodistas, lo que la convierte, en principio, en
una de las zonas más seguras de Gaza. Pero las fuerzas armadas israelíes
les ahorraron el trabajo de dejar la comodidad de sus habitaciones y
los bombardeos incluyeron los puntos circundantes, como las bodegas de
pescadores junto al muelle. Los reporteros se dividieron entre los que
pensaban que el sótano era la parte más segura de los edificios, los que
pensaban que los pisos altos eran mejores y los que se rindieron ante
la idea de que si el edificio se cae y uno está adentro, poco queda por
hacer.
Todos se sintieron unidos, eso sí, por la imposibilidad de dormir ante
las explosiones que sacudían todo, hasta que con el amanecer amainó el
ataque.
Otros no tuvieron la suerte de que, a fin de cuentas, no les pasara
nada: el céntrico edificio Shorouk, cuyas oficinas estaban ocupadas por
varias televisoras de países árabes, era también la sede de la radio y
la televisión de Hamas. En un video de la BBC, se escucha una ráfaga, se
aprecia el golpe del misil que penetra la estructura y, desde el
interior, se extiende inmensa la bola de fuego de la explosión
La calma matinal no duró mucho. Tras dejar las instalaciones de
migración israelíes, intocables, los periodistas no tuvieron que
registrarse en las de Gaza porque de ellas sólo quedan escombros. Lo
mismo que la población más cercana, Beit Hanun, que está parte en pie,
parte en ruinas, parte en cenizas y totalmente despoblada: sus
habitantes son ahora miembros del nada exclusivo club de los 200,337
desplazados que se hacinan en 85 refugios habilitados por la ONU. Uno de
cada nueve habitantes de Gaza está en esa condición.
Serán muchos más. El esporádico ruido de las bombas estallando se fue
haciendo más frecuente conforme los periodistas avanzaban hacia el
puerto, en un ómnibus llamado “Sweety”. A media tarde se hablaba de
entre 30 y 50 víctimas más. También se incrementaban los sonidos de los
morteros palestinos arrojando granadas hacia territorio israelí. La
ofensiva militar ha logrado disminuir el número de cohetes que Hamas
lanza contra las ciudades de Israel, pero todavía parece lejos de lograr
el objetivo de cancelarlos de manera definitiva. Eso sí: todos los que
potencialmente podrían causar daño son interceptados por el sistema
defensivo Cúpula de Hierro y sólo unos pocos cayeron en áreas
desérticas.
Foto: EFE
Foto: EFE
Foto: EFE
En apariencia, el fiero debate dentro del gobierno israelí sobre cuáles
son los objetivos de la guerra se ha resuelto, por el momento, con la
decisión de continuarla.
Ésa es la posición expresada por el premier Benjamin Netanyahu. Por el
lado palestino, la discusión no es si se pide un cese al fuego, sino
quién lo hace: como lo planteó públicamente la Organización para la
Liberación de Palestina, que no está en guerra con Israel, quienes sí lo
están -Hamas- se sintieron pisoteados.
La vida en esta Gaza bloqueada por tierra y mar, a la que no ingresan
alimentos, combustible ni ningún otro producto, se acaba de ver todavía
más complicada porque durante esa dura noche los aviones destruyeron los
depósitos de su única planta de electricidad, y la energía, hasta ahora
racionada a unas tres horas diarias, probablemente desaparecerá. Se
necesita para todo, hasta para arrojar las aguas negras al Mediterráneo.
Los periodistas que se iban agotados, estremecidos y reanimados por la
proximidad de la salida, gozaban precisamente de ese enorme privilegio:
la posibilidad de salir. La población sobre la que informaron, en
contraste, está encerrada en este rectángulo de 8 por 42 kilómetros. Son
un 1,8 millones de personas. Los periodistas recién llegados parecen,
en este momento, a punto de experimentar lo mismo que sus colegas.
El ejército israelí se comunicó con el responsable del edificio para dar
una orden. Normalmente, ésta es la llamada con la que una familia tiene
tres minutos para despertarse y salir corriendo antes de que bombardeen
su casa. Pero éste es un caso diferente: “Que los reporteros no salgan a
la calle ni un metro”. Viene otra buena noche.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-07-2014/1073035. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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CRÓNICA | Aviones y
drones de Israel dejan caer su furia, mientras Gaza intenta sobrevivir
en oscuridad
Por: Redacción / Sinembargo - julio 30 de 2014 - 14:57
De revista, Mundo, TIEMPO REAL, Último minuto - Sin comentarios
Destrucción total en una hora. Fotogramas tomados de video de Youtube
El sábado, cámaras de Al Jazeera captaron el momento en el que el barrio
de Shuaiyah –situado en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza–
fue reducido a escombros por los ataques aéreos israelíes. Fue
suficiente una hora. Estas son las imágenes. Fotogramas tomados de video
Por Témoris Grecko, especial para SinEmbargo
Ciudad de Gaza, 30 de julio (SinEmbargo).– Si en alguna pequeña medida
el estado de ánimo de los periodistas puede ser un indicador de lo que
padece la población sobre la que informan, el grupo de colegas que
esperaba se le permitiera salir de la Franja de Gaza brindó a los
cronistas que llegaban una elocuente primera impresión. Es decir, los
cuerpos oprimidos por un enorme agotamiento, los ojos sombreados por la
interacción cotidiana con la muerte y el dolor de otros, las bocas
intercambiando mensajes de esperanza ante la inminencia de la
liberación, las manos prestas a palmear las espaldas de los colegas que
apenas se dirigían hacia la guerra.
Habían pasado la peor noche, la del lunes al martes, en tres semanas de
conflicto. Lo fue para la zona, en general, por la decisión del ejército
israelí de tomar revancha por la muerte en combate de diez de sus
soldados, incluidos cinco que murieron en una sorpresiva incursión de
combatientes del grupo islamista Hamas en Israel, a través de un túnel.
Durante el período de oscuridad, los aviones y los drones de la fuerza
aérea, y la artillería de tierra y de mar, atacaron más de 150 objetivos
a lo largo y ancho de la Franja de Gaza, con estimaciones incompletas
que variaron entre 60 y 100 muertos.
Para los periodistas, en particular, fue también la velada más dura.
Frente al puerto de Gaza se agrupan unos pocos hoteles ocupados casi
exclusivamente por periodistas, lo que la convierte, en principio, en
una de las zonas más seguras de Gaza. Pero las fuerzas armadas israelíes
les ahorraron el trabajo de dejar la comodidad de sus habitaciones y
los bombardeos incluyeron los puntos circundantes, como las bodegas de
pescadores junto al muelle. Los reporteros se dividieron entre los que
pensaban que el sótano era la parte más segura de los edificios, los que
pensaban que los pisos altos eran mejores y los que se rindieron ante
la idea de que si el edificio se cae y uno está adentro, poco queda por
hacer.
Todos se sintieron unidos, eso sí, por la imposibilidad de dormir ante
las explosiones que sacudían todo, hasta que con el amanecer amainó el
ataque.
Otros no tuvieron la suerte de que, a fin de cuentas, no les pasara
nada: el céntrico edificio Shorouk, cuyas oficinas estaban ocupadas por
varias televisoras de países árabes, era también la sede de la radio y
la televisión de Hamas. En un video de la BBC, se escucha una ráfaga, se
aprecia el golpe del misil que penetra la estructura y, desde el
interior, se extiende inmensa la bola de fuego de la explosión
La calma matinal no duró mucho. Tras dejar las instalaciones de
migración israelíes, intocables, los periodistas no tuvieron que
registrarse en las de Gaza porque de ellas sólo quedan escombros. Lo
mismo que la población más cercana, Beit Hanun, que está parte en pie,
parte en ruinas, parte en cenizas y totalmente despoblada: sus
habitantes son ahora miembros del nada exclusivo club de los 200,337
desplazados que se hacinan en 85 refugios habilitados por la ONU. Uno de
cada nueve habitantes de Gaza está en esa condición.
Serán muchos más. El esporádico ruido de las bombas estallando se fue
haciendo más frecuente conforme los periodistas avanzaban hacia el
puerto, en un ómnibus llamado “Sweety”. A media tarde se hablaba de
entre 30 y 50 víctimas más. También se incrementaban los sonidos de los
morteros palestinos arrojando granadas hacia territorio israelí. La
ofensiva militar ha logrado disminuir el número de cohetes que Hamas
lanza contra las ciudades de Israel, pero todavía parece lejos de lograr
el objetivo de cancelarlos de manera definitiva. Eso sí: todos los que
potencialmente podrían causar daño son interceptados por el sistema
defensivo Cúpula de Hierro y sólo unos pocos cayeron en áreas
desérticas.
Foto: EFE
Foto: EFE
Foto: EFE
En apariencia, el fiero debate dentro del gobierno israelí sobre cuáles
son los objetivos de la guerra se ha resuelto, por el momento, con la
decisión de continuarla.
Ésa es la posición expresada por el premier Benjamin Netanyahu. Por el
lado palestino, la discusión no es si se pide un cese al fuego, sino
quién lo hace: como lo planteó públicamente la Organización para la
Liberación de Palestina, que no está en guerra con Israel, quienes sí lo
están -Hamas- se sintieron pisoteados.
La vida en esta Gaza bloqueada por tierra y mar, a la que no ingresan
alimentos, combustible ni ningún otro producto, se acaba de ver todavía
más complicada porque durante esa dura noche los aviones destruyeron los
depósitos de su única planta de electricidad, y la energía, hasta ahora
racionada a unas tres horas diarias, probablemente desaparecerá. Se
necesita para todo, hasta para arrojar las aguas negras al Mediterráneo.
Los periodistas que se iban agotados, estremecidos y reanimados por la
proximidad de la salida, gozaban precisamente de ese enorme privilegio:
la posibilidad de salir. La población sobre la que informaron, en
contraste, está encerrada en este rectángulo de 8 por 42 kilómetros. Son
un 1,8 millones de personas. Los periodistas recién llegados parecen,
en este momento, a punto de experimentar lo mismo que sus colegas.
El ejército israelí se comunicó con el responsable del edificio para dar
una orden. Normalmente, ésta es la llamada con la que una familia tiene
tres minutos para despertarse y salir corriendo antes de que bombardeen
su casa. Pero éste es un caso diferente: “Que los reporteros no salgan a
la calle ni un metro”. Viene otra buena noche.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-07-2014/1073035. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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CRÓNICA | Aviones y
drones de Israel dejan caer su furia, mientras Gaza intenta sobrevivir
en oscuridad
Por: Redacción / Sinembargo - julio 30 de 2014 - 14:57
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Destrucción total en una hora. Fotogramas tomados de video de Youtube
El sábado, cámaras de Al Jazeera captaron el momento en el que el barrio
de Shuaiyah –situado en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza–
fue reducido a escombros por los ataques aéreos israelíes. Fue
suficiente una hora. Estas son las imágenes. Fotogramas tomados de video
Por Témoris Grecko, especial para SinEmbargo
Ciudad de Gaza, 30 de julio (SinEmbargo).– Si en alguna pequeña medida
el estado de ánimo de los periodistas puede ser un indicador de lo que
padece la población sobre la que informan, el grupo de colegas que
esperaba se le permitiera salir de la Franja de Gaza brindó a los
cronistas que llegaban una elocuente primera impresión. Es decir, los
cuerpos oprimidos por un enorme agotamiento, los ojos sombreados por la
interacción cotidiana con la muerte y el dolor de otros, las bocas
intercambiando mensajes de esperanza ante la inminencia de la
liberación, las manos prestas a palmear las espaldas de los colegas que
apenas se dirigían hacia la guerra.
Habían pasado la peor noche, la del lunes al martes, en tres semanas de
conflicto. Lo fue para la zona, en general, por la decisión del ejército
israelí de tomar revancha por la muerte en combate de diez de sus
soldados, incluidos cinco que murieron en una sorpresiva incursión de
combatientes del grupo islamista Hamas en Israel, a través de un túnel.
Durante el período de oscuridad, los aviones y los drones de la fuerza
aérea, y la artillería de tierra y de mar, atacaron más de 150 objetivos
a lo largo y ancho de la Franja de Gaza, con estimaciones incompletas
que variaron entre 60 y 100 muertos.
Para los periodistas, en particular, fue también la velada más dura.
Frente al puerto de Gaza se agrupan unos pocos hoteles ocupados casi
exclusivamente por periodistas, lo que la convierte, en principio, en
una de las zonas más seguras de Gaza. Pero las fuerzas armadas israelíes
les ahorraron el trabajo de dejar la comodidad de sus habitaciones y
los bombardeos incluyeron los puntos circundantes, como las bodegas de
pescadores junto al muelle. Los reporteros se dividieron entre los que
pensaban que el sótano era la parte más segura de los edificios, los que
pensaban que los pisos altos eran mejores y los que se rindieron ante
la idea de que si el edificio se cae y uno está adentro, poco queda por
hacer.
Todos se sintieron unidos, eso sí, por la imposibilidad de dormir ante
las explosiones que sacudían todo, hasta que con el amanecer amainó el
ataque.
Otros no tuvieron la suerte de que, a fin de cuentas, no les pasara
nada: el céntrico edificio Shorouk, cuyas oficinas estaban ocupadas por
varias televisoras de países árabes, era también la sede de la radio y
la televisión de Hamas. En un video de la BBC, se escucha una ráfaga, se
aprecia el golpe del misil que penetra la estructura y, desde el
interior, se extiende inmensa la bola de fuego de la explosión
La calma matinal no duró mucho. Tras dejar las instalaciones de
migración israelíes, intocables, los periodistas no tuvieron que
registrarse en las de Gaza porque de ellas sólo quedan escombros. Lo
mismo que la población más cercana, Beit Hanun, que está parte en pie,
parte en ruinas, parte en cenizas y totalmente despoblada: sus
habitantes son ahora miembros del nada exclusivo club de los 200,337
desplazados que se hacinan en 85 refugios habilitados por la ONU. Uno de
cada nueve habitantes de Gaza está en esa condición.
Serán muchos más. El esporádico ruido de las bombas estallando se fue
haciendo más frecuente conforme los periodistas avanzaban hacia el
puerto, en un ómnibus llamado “Sweety”. A media tarde se hablaba de
entre 30 y 50 víctimas más. También se incrementaban los sonidos de los
morteros palestinos arrojando granadas hacia territorio israelí. La
ofensiva militar ha logrado disminuir el número de cohetes que Hamas
lanza contra las ciudades de Israel, pero todavía parece lejos de lograr
el objetivo de cancelarlos de manera definitiva. Eso sí: todos los que
potencialmente podrían causar daño son interceptados por el sistema
defensivo Cúpula de Hierro y sólo unos pocos cayeron en áreas
desérticas.
Foto: EFE
Foto: EFE
Foto: EFE
En apariencia, el fiero debate dentro del gobierno israelí sobre cuáles
son los objetivos de la guerra se ha resuelto, por el momento, con la
decisión de continuarla.
Ésa es la posición expresada por el premier Benjamin Netanyahu. Por el
lado palestino, la discusión no es si se pide un cese al fuego, sino
quién lo hace: como lo planteó públicamente la Organización para la
Liberación de Palestina, que no está en guerra con Israel, quienes sí lo
están -Hamas- se sintieron pisoteados.
La vida en esta Gaza bloqueada por tierra y mar, a la que no ingresan
alimentos, combustible ni ningún otro producto, se acaba de ver todavía
más complicada porque durante esa dura noche los aviones destruyeron los
depósitos de su única planta de electricidad, y la energía, hasta ahora
racionada a unas tres horas diarias, probablemente desaparecerá. Se
necesita para todo, hasta para arrojar las aguas negras al Mediterráneo.
Los periodistas que se iban agotados, estremecidos y reanimados por la
proximidad de la salida, gozaban precisamente de ese enorme privilegio:
la posibilidad de salir. La población sobre la que informaron, en
contraste, está encerrada en este rectángulo de 8 por 42 kilómetros. Son
un 1,8 millones de personas. Los periodistas recién llegados parecen,
en este momento, a punto de experimentar lo mismo que sus colegas.
El ejército israelí se comunicó con el responsable del edificio para dar
una orden. Normalmente, ésta es la llamada con la que una familia tiene
tres minutos para despertarse y salir corriendo antes de que bombardeen
su casa. Pero éste es un caso diferente: “Que los reporteros no salgan a
la calle ni un metro”. Viene otra buena noche.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/30-07-2014/1073035. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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CRÓNICA | Aviones y
drones de Israel dejan caer su furia, mientras Gaza intenta sobrevivir
en oscuridad
Por: Redacción / Sinembargo - julio 30 de 2014 - 14:57
De revista, Mundo, TIEMPO REAL, Último minuto - Sin comentarios
Destrucción total en una hora. Fotogramas tomados de video de Youtube
El sábado, cámaras de Al Jazeera captaron el momento en el que el barrio
de Shuaiyah –situado en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza–
fue reducido a escombros por los ataques aéreos israelíes. Fue
suficiente una hora. Estas son las imágenes. Fotogramas tomados de video
Por Témoris Grecko, especial para SinEmbargo
Ciudad de Gaza, 30 de julio (SinEmbargo).– Si en alguna pequeña medida
el estado de ánimo de los periodistas puede ser un indicador de lo que
padece la población sobre la que informan, el grupo de colegas que
esperaba se le permitiera salir de la Franja de Gaza brindó a los
cronistas que llegaban una elocuente primera impresión. Es decir, los
cuerpos oprimidos por un enorme agotamiento, los ojos sombreados por la
interacción cotidiana con la muerte y el dolor de otros, las bocas
intercambiando mensajes de esperanza ante la inminencia de la
liberación, las manos prestas a palmear las espaldas de los colegas que
apenas se dirigían hacia la guerra.
Habían pasado la peor noche, la del lunes al martes, en tres semanas de
conflicto. Lo fue para la zona, en general, por la decisión del ejército
israelí de tomar revancha por la muerte en combate de diez de sus
soldados, incluidos cinco que murieron en una sorpresiva incursión de
combatientes del grupo islamista Hamas en Israel, a través de un túnel.
Durante el período de oscuridad, los aviones y los drones de la fuerza
aérea, y la artillería de tierra y de mar, atacaron más de 150 objetivos
a lo largo y ancho de la Franja de Gaza, con estimaciones incompletas
que variaron entre 60 y 100 muertos.
Para los periodistas, en particular, fue también la velada más dura.
Frente al puerto de Gaza se agrupan unos pocos hoteles ocupados casi
exclusivamente por periodistas, lo que la convierte, en principio, en
una de las zonas más seguras de Gaza. Pero las fuerzas armadas israelíes
les ahorraron el trabajo de dejar la comodidad de sus habitaciones y
los bombardeos incluyeron los puntos circundantes, como las bodegas de
pescadores junto al muelle. Los reporteros se dividieron entre los que
pensaban que el sótano era la parte más segura de los edificios, los que
pensaban que los pisos altos eran mejores y los que se rindieron ante
la idea de que si el edificio se cae y uno está adentro, poco queda por
hacer.
Todos se sintieron unidos, eso sí, por la imposibilidad de dormir ante
las explosiones que sacudían todo, hasta que con el amanecer amainó el
ataque.
Otros no tuvieron la suerte de que, a fin de cuentas, no les pasara
nada: el céntrico edificio Shorouk, cuyas oficinas estaban ocupadas por
varias televisoras de países árabes, era también la sede de la radio y
la televisión de Hamas. En un video de la BBC, se escucha una ráfaga, se
aprecia el golpe del misil que penetra la estructura y, desde el
interior, se extiende inmensa la bola de fuego de la explosión
La calma matinal no duró mucho. Tras dejar las instalaciones de
migración israelíes, intocables, los periodistas no tuvieron que
registrarse en las de Gaza porque de ellas sólo quedan escombros. Lo
mismo que la población más cercana, Beit Hanun, que está parte en pie,
parte en ruinas, parte en cenizas y totalmente despoblada: sus
habitantes son ahora miembros del nada exclusivo club de los 200,337
desplazados que se hacinan en 85 refugios habilitados por la ONU. Uno de
cada nueve habitantes de Gaza está en esa condición.
Serán muchos más. El esporádico ruido de las bombas estallando se fue
haciendo más frecuente conforme los periodistas avanzaban hacia el
puerto, en un ómnibus llamado “Sweety”. A media tarde se hablaba de
entre 30 y 50 víctimas más. También se incrementaban los sonidos de los
morteros palestinos arrojando granadas hacia territorio israelí. La
ofensiva militar ha logrado disminuir el número de cohetes que Hamas
lanza contra las ciudades de Israel, pero todavía parece lejos de lograr
el objetivo de cancelarlos de manera definitiva. Eso sí: todos los que
potencialmente podrían causar daño son interceptados por el sistema
defensivo Cúpula de Hierro y sólo unos pocos cayeron en áreas
desérticas.
Foto: EFE
Foto: EFE
Foto: EFE
En apariencia, el fiero debate dentro del gobierno israelí sobre cuáles
son los objetivos de la guerra se ha resuelto, por el momento, con la
decisión de continuarla.
Ésa es la posición expresada por el premier Benjamin Netanyahu. Por el
lado palestino, la discusión no es si se pide un cese al fuego, sino
quién lo hace: como lo planteó públicamente la Organización para la
Liberación de Palestina, que no está en guerra con Israel, quienes sí lo
están -Hamas- se sintieron pisoteados.
La vida en esta Gaza bloqueada por tierra y mar, a la que no ingresan
alimentos, combustible ni ningún otro producto, se acaba de ver todavía
más complicada porque durante esa dura noche los aviones destruyeron los
depósitos de su única planta de electricidad, y la energía, hasta ahora
racionada a unas tres horas diarias, probablemente desaparecerá. Se
necesita para todo, hasta para arrojar las aguas negras al Mediterráneo.
Los periodistas que se iban agotados, estremecidos y reanimados por la
proximidad de la salida, gozaban precisamente de ese enorme privilegio:
la posibilidad de salir. La población sobre la que informaron, en
contraste, está encerrada en este rectángulo de 8 por 42 kilómetros. Son
un 1,8 millones de personas. Los periodistas recién llegados parecen,
en este momento, a punto de experimentar lo mismo que sus colegas.
El ejército israelí se comunicó con el responsable del edificio para dar
una orden. Normalmente, ésta es la llamada con la que una familia tiene
tres minutos para despertarse y salir corriendo antes de que bombardeen
su casa. Pero éste es un caso diferente: “Que los reporteros no salgan a
la calle ni un metro”. Viene otra buena noche.
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