sábado, 8 de agosto de 2020

Señales aterradoras de un futuro cercano

 SM Rico

“Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Eduardo Galeano

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Una vez más, la publicación de temas internacionales y económicos: The Economist, ha llamado la atención a más de uno; tanto a sus suscriptores y público objetivo, como de aquellos amantes de las teorías de la conspiración, los cuales encuentran en sus portadas las claves del futuro más próximo.

Esta publicación periódica fundada en 1843 por James Wilson, más conocida por su formato de revista, es de corte liberal y representa la visión globalizada y de alto nivel del libre mercado. Su mayor peculiaridad es la de tener como socios mayoritarios, a dos de las familias más poderosas y emblemáticas: la dinastía judeoalemana Rothschild y la dinastía italiana Agnelli (FIAT).

El número correspondiente al mes de julio publicado el pasado día 27 de junio, tiene como en otras ocasiones, una portada que muestra el presente y el futuro en una composición de formas y colores que nos muestran la visión que tiene del mundo esta élite económica mundial.

En la portada nos muestra la ilustración de su artículo principal: “The next catastrophe (and how to survive it)” que se traduciría como: La siguiente catástrofe y como sobrevivirla. En la misma nos muestra la ilustración de Andrea Ucini en la que aparece una familia conformada por un hombre, una mujer, un niño y su mascota (un gato). Todos sentados en un sofá viendo al frente y a sus espaldas una pared con siete cuadros, un reloj y tres figuras decorativas.

Lo primero que destaca es que tienen puestas máscaras antigás, ya no son cubrebocas, lo que simboliza la nueva normalidad llevada al extremo, el miedo como algo cotidiano y tal vez que en un futuro próximo se acerca algo peor que el COVID-19. En esta familia de cuatro el niño es el único que no tiene protección (inmunidad de rebaño tal vez), él en cambio lleva un casco de soldado, señal de que es precisamente su generación la que “servirá” en el próximo conflicto bélico cercano (el niño aparenta entre 7 y 10 años).

La ilustración de Ucini nos muestra de manera genial tres historias; por una parte, la familia, en segundo plano los cuadros y en tercer lugar las luces y sombras que están proyectadas en la escena. Las señales y catástrofes que nos proporcionan los cuadros son, de izquierda a derecha: la de un cerdo, lo que nos recuerda a la pasada pandemia H1N1 del 2009. Nos podría indicar pues que una nueva sepa esta lista para salir (al mercado), y causar en el mundo una nueva pandemia.

En el siguiente cuadro vemos un volcán que nos recuerda la reciente erupción del nuevo Krakatoa en abril pasado, y que nos manda como señal que en cualquier momento uno o varios eventos de este tipo nos tomarían por sorpresa; algo para lo que nadie está preparado (solo aquellos que han comprado o construido “bunkers”).

En el siguiente vemos la descripción gráfica del calentamiento de los polos, hay un pingüino parado en un pedazo de hielo en medio del océano víctima del ardiente sol; una amenaza que hemos olvidado con el virus, pero que está latente y que no tiene nada que ver con dejar de usar el automóvil, el calentamiento es real y no se detendrá de ningún modo, mucho menos con las pancartas de una adolescente bien financiada.

En el siguiente tenemos un cuadro de la Tierra amenazada por un asteroide, como el 2002 NN4 que pasó el 6 de junio pasado o el del sábado 27 de junio y nombrado 2020 MF21, todos peligrosamente lejos y cerca al mismo tiempo; ellos (las élites informadas), saben cuándo podrían afectarnos, nosotros, solo esperamos su llegada.

El siguiente elemento es un reloj, este simboliza al Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock), este reloj simbólico creado en 1947 por la junta directiva del Bulletin of the Atomic Scientists en la Universidad de Chicago y que indica a cuantos minutos está la humanidad de “la media noche”, es decir, de su final; la cual en un principio implicaba destrucción por una guerra con armas nucleares pero que actualmente puede incluir cualquier otra causa. Actualmente, éste marca 100 segundos antes de las 12, es por eso que el mismo se encuentra en la parte de arriba de la ilustración por encima de todos los personajes y con una sutil forma de omega.

En el siguiente cuadro podemos ver un collage de enfermedades infecciosas, señal de que en cualquier momento un nuevo brote o mutación podría tomar el control de nuestras vidas, algo de lo que es consciente la élite y que sabe aprovechar más allá de casualidades, murciélagos o pangolines.

En el siguiente cuadro podemos ver con claridad una explosión nuclear, podría ser solo un cuadro, pero el simbolismo en este, radica en que está dibujado en blanco y negro, algo que nos hace recordar un Test de Rorschach, por ser una mancha negra en un fondo blanco o viceversa. La interpretación de esta imagen llega a un punto personal, sin embargo, parece mandar la señal de que una persona con problemas mentales y el poder de apretar “el botón” tiene nuestro futuro en sus manos.

El último cuadro muestra una llamarada solar, una amenaza constante a la humanidad y creadora de miedo desde años atrás, esta señal podría estar mandando un mensaje de algo que no conoceremos hasta que sea demasiado tarde, asimismo la cercanía de este cuadro al enchufe nos manda la señal de que estaríamos en peligro de grandes afectaciones próximas en la red eléctrica a nivel mundial, la cual no tendría oficialmente su origen en este fenómeno.

La siguiente parte en la composición la representa la familia sentada en el sofá, nos muestra tres personas y su mascota inmersos en colores fríos y rodeados de los mensajes aterradores del futuro, pero ellos en sí mismos representan otro mensaje más.

Esta parte del mensaje representa la disolución de la familia, en el dibujo de Andrea Ucini los tres personajes se encuentran en soledad. El hombre mira de frente y demuestra pasividad, la mujer está ejerciendo control y vigilancia sobre el hombre por la posición de su brazo y el pulgar, los pies están apuntando en dirección contraria al hombre y la cabeza en dirección contraria a la del niño, indica que tiene una necesidad de propiedad y control sin afinidad, el niño esta triste, no tiene los pies sobre la tierra y su sostén es el sofá (el lugar donde su salvación es interactuar con “la tele” y los videojuegos), el pie de la mujer bloquea el suyo como dando a entender que le meterá el pie si se levantara.

Las luces y sombras en el dibujo tienen significado. La luz y la sombra que se proyectan vienen del lado izquierdo (podría indicar la izquierda progresista en sentido político), del dibujo y forman las siguientes figuras, en el hombre: del lado izquierdo se forma la figura de un niño viendo a la izquierda y hacia abajo; a la derecha se forma otra imagen que parece la de una niña, ambas se dan la espalda, pero ambas parten del dibujo del hombre, lo que indica que lo quieren hacer culpable de la separación.

Abajo del sofá hay dos puntos de luz que no deberían estar ahí, ambos parecen ojos, como si algo o alguien vigilara a esta familia sin que ellos lo supieran en su lugar más íntimo y así aprendiera de sus costumbres; ambas están precisamente debajo de las manos del niño, como si lo sostuvieran en lugar de sus padres. Esto nos recuerda que nuestros Smart TV tienen dispositivos que en más de una ocasión han sido acusados de espiarnos.

Las aves en la pared cuentan su propia historia; el ave que se encuentra más cerca y es más grande esta arriba de la mujer (principal objeto de interés comercial), la segunda parece caer en picada, pero su sombra parece realizar la acción contraria, la cual sería congruente con la historia que cuentan las dos sombras antes mencionadas, la tercera la más pequeña da la sensación que se aleja y pierde protagonismo, esta se encuentra arriba de la cabeza del hombre.

Un integrante más es el gato, no parece estar muy interesado en ellos, parece solo estar ahí, a este animal se le dan significados que se relacionan con el poder, pero también con la destrucción y la venganza. Y, ¿Por qué tendría entonces una máscara? Además, no proyecta sombra, lo que indicaría que es ajeno a los personajes en la imagen.

Del total de los cuadros la mayoría están del lado del niño y la cola del gato apunta a uno; de ahí la tristeza y el casco pues da a entender que todo eso ocurrirá en su generación, sobre de la mujer está el reloj y un ave, la más grande y que vuela estable, la última está alejada y la de en medio va en picada directo hacia la cabeza del hombre. Y del lado del hombre (el villano y víctima potencial de esta historia dibujada), solo hay tres cuadros, lo que vivió en su generación: el virus, la guerra y las llamaradas solares como amenaza, él representa para la ideología el ave más pequeña que parece que esta hasta arriba, pero por el tamaño da a entender que se está alejando (pérdida de poder y protagonismo). El mensaje: esta fue la receta para destruir a la familia; la individualidad y el progreso.             

Las sombras por separado sobre colores de tonos fríos y la pared parecen representar una historia de decepción y de ruptura, da la señal de algo deprimente, un futuro que no fue alcanzado, una promesa hecha por la élite, una de felicidad que no se cumplió (la promesa en realidad no era para ellos), la sombra del ave entre ambos se aleja e indica con claridad que vivieron engañados y el tiempo se terminó.

Por cierto, el artículo de esta ilustración habla sobre cómo la gente y en especial los gobiernos no les dan importancia a “las señales” (las que The Economist presenta), y actúan hasta que ya es demasiado tarde. El artículo textualmente indica sobre esta actitud: “Es una abdicación de la responsabilidad y una traición al futuro”.

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