SM Rico
“Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”. Eduardo Galeano
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Esta publicación periódica fundada en 1843 por James Wilson,
más conocida por su formato de revista, es de corte liberal y representa la
visión globalizada y de alto nivel del libre mercado. Su mayor peculiaridad es
la de tener como socios mayoritarios, a dos de las familias más poderosas y
emblemáticas: la dinastía judeoalemana Rothschild y la dinastía italiana Agnelli
(FIAT).
El número correspondiente al mes de julio publicado el
pasado día 27 de junio, tiene como en otras ocasiones, una portada que muestra
el presente y el futuro en una composición de formas y colores que nos muestran
la visión que tiene del mundo esta élite económica mundial.
Lo primero que destaca es que tienen puestas máscaras
antigás, ya no son cubrebocas, lo que simboliza la nueva normalidad llevada al
extremo, el miedo como algo cotidiano y tal vez que en un futuro próximo se
acerca algo peor que el COVID-19. En esta familia de cuatro el niño es el único
que no tiene protección (inmunidad de rebaño tal vez), él en cambio lleva un
casco de soldado, señal de que es precisamente su generación la que “servirá”
en el próximo conflicto bélico cercano (el niño aparenta entre 7 y 10 años).
La ilustración de Ucini nos muestra de manera genial tres
historias; por una parte, la familia, en segundo plano los cuadros y en tercer
lugar las luces y sombras que están proyectadas en la escena. Las señales y
catástrofes que nos proporcionan los cuadros son, de izquierda a derecha: la de
un cerdo, lo que nos recuerda a la pasada pandemia H1N1 del 2009. Nos podría
indicar pues que una nueva sepa esta lista para salir (al mercado), y causar en
el mundo una nueva pandemia.
En el siguiente cuadro vemos un volcán que nos recuerda la
reciente erupción del nuevo Krakatoa en abril pasado, y que nos manda como
señal que en cualquier momento uno o varios eventos de este tipo nos tomarían
por sorpresa; algo para lo que nadie está preparado (solo aquellos que han
comprado o construido “bunkers”).
En el siguiente vemos la descripción gráfica del
calentamiento de los polos, hay un pingüino parado en un pedazo de hielo en
medio del océano víctima del ardiente sol; una amenaza que hemos olvidado con
el virus, pero que está latente y que no tiene nada que ver con dejar de usar
el automóvil, el calentamiento es real y no se detendrá de ningún modo, mucho
menos con las pancartas de una adolescente bien financiada.
En el siguiente tenemos un cuadro de la Tierra amenazada por
un asteroide, como el 2002 NN4 que pasó el 6 de junio pasado o el del sábado 27
de junio y nombrado 2020 MF21, todos peligrosamente lejos y cerca al mismo
tiempo; ellos (las élites informadas), saben cuándo podrían afectarnos,
nosotros, solo esperamos su llegada.
El siguiente elemento es un reloj, este simboliza al Reloj
del Apocalipsis (Doomsday Clock), este reloj simbólico creado en 1947 por la
junta directiva del Bulletin of the Atomic Scientists en la Universidad de
Chicago y que indica a cuantos minutos está la humanidad de “la media noche”,
es decir, de su final; la cual en un principio implicaba destrucción por una
guerra con armas nucleares pero que actualmente puede incluir cualquier otra
causa. Actualmente, éste marca 100 segundos antes de las 12, es por eso que el
mismo se encuentra en la parte de arriba de la ilustración por encima de todos
los personajes y con una sutil forma de omega.
En el siguiente cuadro podemos ver un collage de
enfermedades infecciosas, señal de que en cualquier momento un nuevo brote o
mutación podría tomar el control de nuestras vidas, algo de lo que es
consciente la élite y que sabe aprovechar más allá de casualidades, murciélagos
o pangolines.
En el siguiente cuadro podemos ver con claridad una
explosión nuclear, podría ser solo un cuadro, pero el simbolismo en este,
radica en que está dibujado en blanco y negro, algo que nos hace recordar un Test
de Rorschach, por ser una mancha negra en un fondo blanco o viceversa. La
interpretación de esta imagen llega a un punto personal, sin embargo, parece
mandar la señal de que una persona con problemas mentales y el poder de apretar
“el botón” tiene nuestro futuro en sus manos.
El último cuadro muestra una llamarada solar, una amenaza
constante a la humanidad y creadora de miedo desde años atrás, esta señal
podría estar mandando un mensaje de algo que no conoceremos hasta que sea demasiado
tarde, asimismo la cercanía de este cuadro al enchufe nos manda la señal de que
estaríamos en peligro de grandes afectaciones próximas en la red eléctrica a
nivel mundial, la cual no tendría oficialmente su origen en este fenómeno.
La siguiente parte en la composición la representa la
familia sentada en el sofá, nos muestra tres personas y su mascota inmersos en
colores fríos y rodeados de los mensajes aterradores del futuro, pero ellos en
sí mismos representan otro mensaje más.
Esta parte del mensaje representa la disolución de la
familia, en el dibujo de Andrea Ucini los tres personajes se encuentran en
soledad. El hombre mira de frente y demuestra pasividad, la mujer está
ejerciendo control y vigilancia sobre el hombre por la posición de su brazo y el
pulgar, los pies están apuntando en dirección contraria al hombre y la cabeza
en dirección contraria a la del niño, indica que tiene una necesidad de propiedad
y control sin afinidad, el niño esta triste, no tiene los pies sobre la tierra
y su sostén es el sofá (el lugar donde su salvación es interactuar con “la
tele” y los videojuegos), el pie de la mujer bloquea el suyo como dando a
entender que le meterá el pie si se levantara.
Las luces y sombras en el dibujo tienen significado. La luz
y la sombra que se proyectan vienen del lado izquierdo (podría indicar la
izquierda progresista en sentido político), del dibujo y forman las siguientes figuras,
en el hombre: del lado izquierdo se forma la figura de un niño viendo a la
izquierda y hacia abajo; a la derecha se forma otra imagen que parece la de una
niña, ambas se dan la espalda, pero ambas parten del dibujo del hombre, lo que
indica que lo quieren hacer culpable de la separación.
Abajo del sofá hay dos puntos de luz que no deberían estar
ahí, ambos parecen ojos, como si algo o alguien vigilara a esta familia sin que
ellos lo supieran en su lugar más íntimo y así aprendiera de sus costumbres;
ambas están precisamente debajo de las manos del niño, como si lo sostuvieran
en lugar de sus padres. Esto nos recuerda que nuestros Smart TV tienen
dispositivos que en más de una ocasión han sido acusados de espiarnos.
Las aves en la pared cuentan su propia historia; el ave que
se encuentra más cerca y es más grande esta arriba de la mujer (principal
objeto de interés comercial), la segunda parece caer en picada, pero su sombra
parece realizar la acción contraria, la cual sería congruente con la historia
que cuentan las dos sombras antes mencionadas, la tercera la más pequeña da la
sensación que se aleja y pierde protagonismo, esta se encuentra arriba de la
cabeza del hombre.
Un integrante más es el gato, no parece estar muy interesado
en ellos, parece solo estar ahí, a este animal se le dan significados que se
relacionan con el poder, pero también con la destrucción y la venganza. Y, ¿Por
qué tendría entonces una máscara? Además, no proyecta sombra, lo que indicaría
que es ajeno a los personajes en la imagen.
Del total de los cuadros la mayoría están del lado del niño
y la cola del gato apunta a uno; de ahí la tristeza y el casco pues da a
entender que todo eso ocurrirá en su generación, sobre de la mujer está el
reloj y un ave, la más grande y que vuela estable, la última está alejada y la
de en medio va en picada directo hacia la cabeza del hombre. Y del lado del hombre
(el villano y víctima potencial de esta historia dibujada), solo hay tres
cuadros, lo que vivió en su generación: el virus, la guerra y las llamaradas
solares como amenaza, él representa para la ideología el ave más pequeña que
parece que esta hasta arriba, pero por el tamaño da a entender que se está
alejando (pérdida de poder y protagonismo). El mensaje: esta fue la receta para
destruir a la familia; la individualidad y el progreso.
Las sombras por separado sobre colores de tonos fríos y la pared
parecen representar una historia de decepción y de ruptura, da la señal de algo
deprimente, un futuro que no fue alcanzado, una promesa hecha por la élite, una
de felicidad que no se cumplió (la promesa en realidad no era para ellos), la
sombra del ave entre ambos se aleja e indica con claridad que vivieron
engañados y el tiempo se terminó.
Por cierto, el artículo de esta ilustración habla sobre cómo
la gente y en especial los gobiernos no les dan importancia a “las señales”
(las que The Economist presenta), y actúan hasta que ya es demasiado tarde. El
artículo textualmente indica sobre esta actitud: “Es una abdicación de la
responsabilidad y una traición al futuro”.
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