miércoles, 18 de noviembre de 2015

Vivimos un capitalismo esencialmente hostil a la democracia: Roger Bartra

SM Rico

Foto de informador.com.mx
La semana pasada, en el marco de los 40 años de la fundación de la sede mexicana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), se rindió un homenaje al antropólogo Roger Bartra, institución en la cual funge como miembro a título individual de su Consejo Superior y en el que se destacaron los puntos más importantes de su extensa y diversa obra.

El también etnólogo y doctor en sociología por La Sorbona de París, nació en la Ciudad de México en 1942, es un excepcional investigador y académico que ha centrado sus esfuerzos en diversas áreas, que van desde explicar la evolución de la sociedad rural, (Estructura agraria y clases sociales en México - 1974), la identidad política y cultural del mexicano, (La jaula de la melancolía - 1987), el entendimiento de la modernidad a través de sus mitos, (El salvaje en el espejo - 1992) y actualmente sobre la conciencia, la voluntad y el libre albedrío (Antropología del cerebro - 2014).

En el evento participaron: Rafael Rojas, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Cecilia Bobes León, investigadora de la Flacso México y Francisco Valdés Ugalde, director de la misma.

En su intervención Rafael Rojas destacó la primera etapa de Roger Bartra, la de los setentas, en la que desarrolló la relación entre el marxismo y la democracia. Esta es la época de libros como: Estructura agraria y clases sociales en México de 1974 y también de El poder despótico burgués: Las raíces campesinas de las estructuras políticas de mediación de 1977.



Sobre el concepto de “mediación”, tan constante en la obra de Bartra, Rojas indicó que es en esta categoría en donde podríamos encontrar una vía del marxismo hacia la democracia, entendiendo la mediación como un mecanismo por el cual se puede establecer un diálogo entre las contradicciones estructurales de una sociedad subdesarrollada como la mexicana o cualquiera de las latinoamericanas.

En este homenaje, la socióloga cubana de la Flacso México, Cecilia Bobes León rememoró las lecturas de la obra de Bartra en La Habana de su juventud en los años 90 y cómo La jaula de la melancolía. Identidad y metamorfosis del mexicano,  publicado en México por Grijalbo, se grabó en su quehacer académico: “por esos años el tema de la identidad nacional fue para nosotros el aguijón que nos impulsó a sacudirnos las prohibiciones y llegar vadeando de esos hilos al estudio de la política y la cultura”.

Por su parte, el director de la Flacso México,  Francisco Valdés Ugalde, destacó que: “Roger ha sido un crítico del autoritarismo que siempre se distinguió en la izquierda. Se mantuvo a lo largo de los años como un crítico del nacionalismo revolucionario y de su contagio a la izquierda, que tiene que ver con la formación del carácter mexicano del Siglo XX, en el que esta ideología fue predominante”.

La vigencia de la obra de Roger Bartra se reconoce, en palabras de Valdés, porque define muy bien cómo la transición democrática no ha venido acompañada de una cultura cívica, y cómo “la izquierda se ha extraviado en México por mantenerse completamente cerrada al conocimiento científico y al desarrollo de una cultura sofisticada”. Tenemos, dijo, “una izquierda que no está a la altura del Siglo XXI”.

Durante su intervención de cierre, Roger Bartra retomó algunos de los puntos destacados de su obra. Sobre el concepto de mediación mencionado por Rojas, explicó que: “el populismo tiene en buena medida y sobre todo en México su raíz en esos mecanismos de mediación. El populismo es la tradición política que ha ilustrado estas formas no democráticas de ejercer el poder de forma autoritaria en nombre del pueblo”.

Bartra expuso que estamos entrando a una “nueva forma de capitalismo cognitivo en donde tanto las principales redes económicas como ideológicas y culturales tienen un carácter cognitivo digital”. El capitalismo que estamos viviendo está dominado por las redes  digitales. Vivimos un capitalismo esencialmente hostil a la democracia”.

“Las nuevas formas del capitalismo están significando un reto muy importante para las formas que conocemos de democracia que todavía no sabemos cómo adaptarnos, cómo luchar, cómo defendernos, cómo orientarnos en el nuevo contexto. Estamos en un laberinto, en un conjunto de mediaciones y en una transición hacia algo que no conocemos bien y que incluso la mayoría de nosotros no admitimos. Estamos entrando a una nueva época que no sabemos siquiera cómo nombrar” concluyó.

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