jueves, 15 de octubre de 2015

Cuando el narco asumió el poder

Héctor Tenorio

El atentado que sufrió Fernando Moreno Peña, exgobernador de Colima (1997-2003), el pasado 12 de octubre, aconteció en medio de la lucha entre tres grupos criminales por el control del puerto de Manzanillo: el Cártel de Sinaloa, Los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha incrementado su presencia en esa entidad y en Michoacán, uno de su integrantes claves, Daniel Quintero Ristra fue detenido.  Siguiendo esta línea de pensamientos, escenas semejantes podrían vivirse en tierras michoacanas donde está en juego el control del puerto de Lázaro Cárdenas.

Aún no se tienen pruebas que permitan hacer un pronunciamiento claro en torno al móvil del ataque al ex mandatario, cuando éste mejore de salud podría dar datos importantes, en otras palabras no dirá nada. Gracias a que en el restaurante donde ocurrieron los hechos había un sistema de video-vigilancia, captaron imágenes claras de los atacantes que ya fueron identificados.

El atentado trajo a la memoria la muerte trágica de dos ex mandatarios de Colima: Gustavo Alberto Vázquez Montes (2004- 2005), falleció en un accidente aéreo en Tzitzio, Michoacán, el 24 de febrero de 2005, (él fue el sucesor de Moreno Peña). Se realizaron nuevas elecciones, las ganó Jesús Silverio Cavazos Ceballos (2005-2009), fue asesinado en noviembre de 2010, hay la sospecha de que detrás de esto estaba Moreno Peña.


Estos sucesos dieron pie para que distintos analistas ubicaran a Moreno Peña en el 2011 como operador en la campaña de Fausto Vallejo Figueroa (2012 – 2014), en ese entonces  candidato a gobernador de Michoacán quien se apoyó de Los Caballeros Templarios para ganar. Recuerdo que el día de la elección, recibimos reportes en Zacapu que los narcos estaban amenazando en Tierra Caliente, a los perredistas y panistas quienes se abstuvieron de salir a votar ante el temor que sus familiares fueran asesinados. Tiempo después corrió la versión de que al candidato del Sol Azteca a la gubernatura Silvano Aureoles Conejo le hicieron creer que tenía el respaldo de los templarios.

El gobierno de Vallejo Figueroa naufragó y terminó pidiendo licencia, mientras que Jesús Reyna García gobernador interino en el 2014, sigue hundido en la cárcel junto con el líder de los transportistas, José Martínez Pasalagua, acusados de tener vínculos con Servando Gómez Martínez, La Tuta, quien en ese entonces era el líder de Los Caballeros Templarios.  Al hijo de Vallejo, Rodrigo Vallejo El Gerber también se le relacionó con el capo, él estaba encargado de cobrar los impuestos a los ricos en Morelia a nombre de los narcos, estuvo un rato detenido y luego salió.

El PRD michoacano pudo recomponerse y tiene el poder. El gobernador Aureoles Conejo tendría que ver de reojo lo que sucede en Colima, la violencia podría venírsele encima. El Cartel Jalisco Nueva Generación no descarta avanzar militarmente e intentar tomar el puerto de Lázaro Cárdenas, haciendo que la influencia de Los Caballeros Templarios y La Tercera Hermandad, Los H3, sea mínima. Para lograr este objetivo liquidarán a los políticos que estorben y a las autodefensas, a las que por cierto se les sigue desarmando sin garantizarles su seguridad personal.

Lo que le sucedió a Moreno Peña es reprobable desde cualquier punto que se le mire, pero todo parece indicar que es producto de la asociación delictuosa entre políticos y delincuentes, resulta difícil ya distinguirlos. Ante la falta de un Estado de derecho, algunos  opinan que esto se puede interpretar como un mensaje para los gobernadores y lo que ya no lo son. El narcotráfico quiere poner orden, el asunto es que será a base de balazos.

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