Héctor Tenorio
El
proceso electoral quedó envuelto en la guerra entre el gobierno federal y el
crimen organizado, cuya lógica se basa en el terror. Como consecuencia, inhibe la
participación de los ciudadanos, al no estar garantizada su vida. Complica realizar
campañas por tierra a los distintos candidatos y su presencia resulta más
mediática. Sin proponérselo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), podría
resultar favorecido en ocho de los catorce estados donde hay focos rojos:
Chihuahua, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Nuevo León, San Luis Potosís, Jalisco
y Tamaulipas.
De modo
poco ortodoxo, el gobierno federal frena su caída en las encuestas, provocada
por la devaluación del peso frente al dólar, y una inflación sin control. Sin
embargo, no es un escenario deseado. Después de la desaparición de los 43 estudiantes
de la normal de Ayotzinapa el 26 de septiembre del año pasado, la democracia
requiere una inyección de esperanza que bajo las actuales circunstancias es
difícil que se logre.
En este
contexto, deben entenderse las declaraciones del secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong de querer cerrarle el paso a los que quieren
descarrilar el proceso electoral. En realidad el hidalguense intenta salvar los
obstáculos que encuentra rumbo a la candidatura presidencial en el 2018. Busca con
ahínco candidatos que tengan vínculos con el crimen organizado. El problema es
que el narcotráfico hace lo propio, los políticos que se perfilen como
ganadores podrían recibir un respaldo económico de ellos que más tarde tendrían
que saldar. Así es imposible sanear el sistema político.
En este
ambiente crispado, Acción Nacional (PAN), aseguró que el PRI promueve una
campaña para confundir a la ciudadanía y provocar el abstencionismo. Los panistas
creen que el próximo 7 de junio, estarán en condiciones de alzarse con el
triunfo, pero necesitan que la población salga masivamente a las urnas. En ese mismo
tenor se encuentra la candidata del blanquiazul a la gubernatura de Michoacán,
Luisa María Calderón Hinojosa que exige al priísta Alfredo Castillo Cervantes
comparezca ante la justicia para responder por la matanza de Apatzingán el 6 de
enero. Vale la pena recordar que hay nuevas evidencias que sugieren que hubo
una intervención directa de la Policía Federal. No es una pequeñez, 16 personas
resultaron muertas en un enfrentamiento entre fuerzas federales y policías
rurales.
El
gobierno federal reaccionó de manera cauta sobre las investigaciones a los
policías federales por el uso excesivo de la fuerza y esperara a que la Procuraduría
General de la República (PGR) tenga sus propias conclusiones y las dé a
conocer.
Mientras, en la izquierda viven su propio
drama, el Partido de la Revolución Democrática
(PRD), cree que Andrés Manuel López Obrador quiere destruirlos para
quedarse como única opción en el 2018. No lo permitirán y echarán la casa por
la ventana para retener la ciudad de México, aunque eso implique violar la ley electoral.
El Sol Azteca será atacado en varios frentes:
En la delegación Miguel Hidalgo la
panista Xóchitl Gálvez les dará pelea y no será sencillo vencerla. De igual
manera el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) trabaja intensamente en
Iztapalapa, Cuauhtémoc Gustavo A Madero, Coyoacán, Azcapotzalco, al final de la
contienda se verá si fue suficiente su esfuerzo.
Los politólogos coinciden que el desgaste del
PRD se reflejará en una notable disminución de diputados en la Asamblea
Legislativa, no podrán retener la mayoría.
El PRI
apuesta a retener Cuajimalpa y espera un crecimientos en otras delegaciones sobre
todo en la Benito Juárez, quieren quitarle al PAN su histórico bastión.
La
inseguridad en el DF es un factor que juega en contra de los perredistas. En
fin las campañas iniciaron, la tendencia marca que veremos todo tipo de
descalificaciones, paradójicamente los ciudadanos esperan que se acabe el
proceso electoral.
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