sábado, 22 de agosto de 2015

¿Desmedro en el Estado de México?

POR: VIVERO BETZABETH

Imagen de ibero909.fm/ tomada de www.posta.com.mx
Se vuelve relevante hacer alusión en que el Estado mexicano está fracasando en su función fundamental de garantizar la seguridad a las personas. El uso legítimo de la fuerza se implementa sin garantías, sin respeto a la vida. La misma violencia se aplica a integrantes del crimen organizado como a estudiantes. La respuesta es similar: se les ejecuta y/o desaparece. Este año el Ejército y la Policía mataron a personas desarmadas. La seguridad es el principal problema del país según los mexicanos.   

El problema de la violencia e inseguridad no es nuevo, lleva años gestándose. Recordemos las matanzas de civiles por grupos armados en Aguas Blancas, Guerrero o Acteal en el municipio de Chenalhó, Chiapas, en la década de los años noventa. El Estado mexicano no evitó esas masacres, tampoco reaccionó. Al contrario, se volvió más poroso. No es novedad que las instituciones para garantizar la seguridad estén infiltradas por el crimen organizado, como ha quedado demostrado en Iguala.

En el devenir del tiempo en nuestro país México,  como en la mayoría de países sobre todo latinoamericanos, existe una total desconfianza en la policía y el ejército, instituciones que cuentan con el poder de la coacción otorgado por el Estado a través de leyes, sin embargo la confianza que alguna vez se tuvo en estas instituciones (policía y ejército), con sus actuaciones se ha perdido, pues cada vez sus intervenciones son más terroríficas y muchas veces sin respetar el estado de derecho, en sus actuaciones de acuerdo con su forma de llevarlas a cabo tal pareciera que obedecen no a la ley sino a grupos de interés los cuales solo persiguen beneficios personales a costa del maltrato a avasallamiento de la sociedad, lo anterior origina el descredito de estas instituciones como ya lo mencione, porque esa es la percepción que el pueblo tiene.


Se podrán crear cantidad de leyes; pero si estas no se respetan de nada sirven, es preciso que se retomen los ideales de alcanzar paz, seguridad y el estado de bienestar, para ello nuestras instituciones se tienen que reinventar sin que pierdan el objetivo de que su misión es el orden y el buen vivir de la sociedad a la que le sirven no aun pequeño grupo que cuenta con la riqueza de nuestro país, cuando esto se entienda y sea una realidad, entonces y solo entonces dejará de existir el terror que la sociedad sientes por la policía y el ejército, sé que lo que escribo puede ser cierto o que solo sea mi apreciación personal, sin embargo es el sentimiento que mucha gente expresa aunado a las violaciones a los derechos humanos que a diario vemos en las noticias y en las calles.

La ciudadanía muestra parte de su desafección política con la baja confianza en algunas instituciones importantes para el funcionamiento democrático, como el caso de los diputados y partidos políticos. En ocasiones, ofuscados por ganar las elecciones, prestan sus siglas al candidato-delincuente con tal de asegurar un triunfo.

Las actitudes de desconfianza y autoritarias también están presentes en los ciudadanos. Otro dato interesante para interpretar la debilidad democrática de los ciudadanos es dónde adquieren su información política, ya que la información política de los medios de comunicación favorece el escándalo antes que la reflexión. ¿Cómo influye está información en las valoraciones y decisiones políticas del mexicano?

Pero no todo está perdido para el Estado mexicano; mantiene funciones como cobrar impuestos, organiza elecciones cada 3 años para renovar el poder legislativo y cada 6 años para el ejecutivo. Lo mismo sucede a nivel local. Los ministros de la Suprema Corte de Justicia son nombrados por el legislativo, la Constitución se reforma y permite la inversión privada en el sector energético, se firman tratados internacionales, y el presidente de la República asiste a la ONU y es recibido como jefe del Estado mexicano en otros países. De algún modo las funciones y protocolos del Estado se mantienen.

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