Héctor Tenorio
El 7 de junio, estará en juego la legitimidad
del proceso electoral, no hay bueno augurios las campañas han sido
inequitativas porque se basan en la compra de voluntades, la clase política apuesta
al voto duro y no al razonado. A esto se añade que muchos mexicanos consideran
que la principal función del sistema de competencia política es mantener una
fachada democrática y una estabilidad social.
Sin embargo, así no se resuelve la
desigualdad social, la inseguridad, la complicidad entre políticos y narcotraficantes,
la inequidad en la aplicación de la ley, el desempleo, la corrupción, la
acumulación del poder, entre otras calamidades. Entre la ciudadanía prevalece
la desconfianza y la apatía, así lo reflejan el 70 por ciento de los
encuestados por Covarrubias y Asociados.
En este contexto, lo importante es obtener la mayoría del Congreso
de la Unión y así aprobar el presupuesto del próximo año. Las encuestas
favorecen a la alianza formada por los partidos Revolucionario Institucional
(PRI), Verde Ecologista de México, (PVEM) y
Nueva Alianza (Panal).
El triunfo
podría quedar manchado ante el comportamiento ilegal que han tenido los verdes
quienes reconocieron que dispusieron de recursos provenientes de las
prerrogativas que se les otorgan a sus grupos parlamentarios en las cámaras de
Diputados y Senadores para pagar los espots que difundió en el último tramo de
2014 y a principios de 2015. El árbitro electoral perfila castigarlos con una
multa de 322 millones 455 mil pesos. El Tribunal Electoral tendrá la última
palabra.
Del otro lado de la trinchera, los
partidos Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD) tejen un
amarre político rumbo al 2018. Quieren cerrarle el paso al Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena). A los perredistas y panistas lo único que les
interesa es alcanzar el poder. Por lo
que se refiere al Partido del Trabajo (PT), al Movimiento Ciudadano (MC), el
Humanista, Encuentro Social (PES), es un
misterio saber si refrendarán su registro.
Hay una intensa pugna verbal y física en las campañas y un amplio sector
de la población piensa que el día de la elección estallará la violencia. En
Michoacán grupos armados han tomado el control de Tierra Caliente. Podrían convertirse
en un factor decisivo el 7 de junio. Mientras que en Guerrero la perredista
Silvia Romero Suárez aspirante a diputada local por la vía plurinominal, se
encuentra desaparecida.
De igual manera en el DF ya se registran episodios violentos como en
Cuajimalpa, los focos rojos se han prendido. Las acusaciones vienen y van de
todos lados, los candidatos del PRI en la Benito Juárez, Jorge Sotomayor,
Esteban Ruiz y Xiuh Tenorio quien quiere gobernar ese demarcación denunciaron que
la estructura delegacional blanquiazul está utilizando recursos públicos en la
elección. Los tricolores ven con
preocupación que los panistas no firmen el pacto de civilidad.
Todo parece indicar que el debate ha muerto,
el ex perreditas y hoy candidato a
diputado local del PRI, Fernando Zarate le propinó un cabezazo a José Antonio
Cuellar funcionario de la Álvaro Obregón.
En el mismo tenor los perredistas destruyen toda la propaganda de sus
adversarios. Andrés Manuel López Obrador aseguró que el jefe de gobierno Miguel
Ángel Mancera y los jefes delegacionales reparten dinero y entregan despensas a
cambio del voto.
Ante tal panorama el abstencionismo y el desánimo
aumentan. El ciudadano debe conformarse con candidatos que se someten al
antidoping y al detector de mentiras.
Seguramente,
si les hicieran una prueba de su capacidad para proponer y gobernar
reprobarían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario