jueves, 14 de mayo de 2015

La ilegitimidad del proceso electoral

Héctor Tenorio

El 7 de junio, estará en juego la legitimidad del proceso electoral, no hay bueno augurios las campañas han sido inequitativas porque se basan en la compra de voluntades, la clase política apuesta al voto duro y no al razonado. A esto se añade que muchos mexicanos consideran que la principal función del sistema de competencia política es mantener una fachada democrática y una estabilidad social. 

Sin embargo, así no se resuelve la desigualdad social, la inseguridad, la complicidad entre políticos y narcotraficantes, la inequidad en la aplicación de la ley, el desempleo, la corrupción, la acumulación del poder, entre otras calamidades. Entre la ciudadanía prevalece la desconfianza y la apatía, así lo reflejan el 70 por ciento de los encuestados por Covarrubias y Asociados. 

En este contexto,  lo importante es obtener la mayoría del Congreso de la Unión y así aprobar el presupuesto del próximo año. Las encuestas favorecen a la alianza formada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México, (PVEM) y  Nueva Alianza  (Panal). 

El triunfo podría quedar manchado ante el comportamiento ilegal que han tenido los verdes quienes reconocieron que dispusieron de recursos provenientes de las prerrogativas que se les otorgan a sus grupos parlamentarios en las cámaras de Diputados y Senadores para pagar los espots que difundió en el último tramo de 2014 y a principios de 2015. El árbitro electoral perfila castigarlos con una multa de 322 millones 455 mil pesos. El Tribunal Electoral tendrá la última palabra.

Del otro lado de la trinchera, los partidos Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD) tejen un amarre político rumbo al 2018. Quieren cerrarle el paso al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). A los perredistas y panistas lo único que les interesa  es alcanzar el poder. Por lo que se refiere al Partido del Trabajo (PT), al Movimiento Ciudadano (MC), el Humanista, Encuentro Social (PES),  es un misterio saber si refrendarán su registro.

Hay una intensa pugna verbal y física en las campañas y un amplio sector de la población piensa que el día de la elección estallará la violencia. En Michoacán grupos armados han tomado el control de Tierra Caliente. Podrían convertirse en un factor decisivo el 7 de junio. Mientras que en Guerrero la perredista Silvia Romero Suárez aspirante a diputada local por la vía plurinominal, se encuentra desaparecida.

De igual manera en el DF  ya se registran episodios violentos como en Cuajimalpa, los focos rojos se han prendido. Las acusaciones vienen y van de todos lados, los candidatos del PRI en la Benito Juárez, Jorge Sotomayor, Esteban Ruiz y Xiuh Tenorio quien quiere gobernar ese demarcación denunciaron que la estructura delegacional blanquiazul está utilizando recursos públicos en la elección.  Los tricolores ven con preocupación que los panistas no firmen el pacto de civilidad.

Todo parece indicar que el debate ha muerto, el ex  perreditas y hoy candidato a diputado local del PRI, Fernando Zarate le propinó un cabezazo a José Antonio Cuellar funcionario de la Álvaro Obregón.  En el mismo tenor los perredistas destruyen toda la propaganda de sus adversarios. Andrés Manuel López Obrador aseguró que el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera y los jefes delegacionales reparten dinero y entregan despensas a cambio del voto.

Ante tal panorama el abstencionismo y el desánimo aumentan. El ciudadano debe conformarse con candidatos que se someten al antidoping y al detector de mentiras. 

Seguramente, si les hicieran una prueba de su capacidad para proponer y gobernar reprobarían. 

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