Héctor Tenorio
Tras la debacle electoral
la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) busca a los traidores, no tendrán que ir
lejos, son ellos mismos que dejaron de ser una oposición real y digna.
Carecieron de una agenda de izquierda en beneficio de millones de mexicanos. Hoy
se encuentran en un bache ideológico y electoral donde sólo satisfacen los
intereses de Nueva Izquierda (NI). La transformación del Sol Azteca deberá
basarse en un modelo que construya un órgano integrado por ciudadanos, cuya
función sea la creación de un nuevo programa, una nueva línea política y una
nueva forma de organización. El senador de la República Miguel Barbosa Huerta
tiene razón al advertir que de no hacerlo su destino será la extinción.
Vale la pena
recordar que en la elección de consejeros perredistas del 7 de septiembre del
año pasado, la soberbia triunfó, el peor escenario para el PRD era que Carlos
Navarrete Ruiz ganara el proceso interno, como sucedió. Dos meses antes, en
julio del 2014, el todavía perredista
Agustín Guerrero vaticinó que con Navarrete Ruiz a la cabeza la bancada en el
Congreso de la Unión se reduciría a 50 legisladores.
Desde que Navarrete
Ruiz arribó a la presidencia ha demostrado su incapacidad: 1) Nunca supo que
hacer ante la desaparición de los 43 normalistas el 26 y 27 de septiembre del año pasado. No condenó
abiertamente al ex edil de Iguala José Luís Abarca, y al gobernador con
licencia de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero. 2) Después de la salida de
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y 22 liderazgos no emprendió una operación
cicatriz con sus adversarios.
A pesar de las
evidencias, el dirigente nacional considera un error enterrarlos antes de tiempo, ya que cuatro millones de mexicanos votaron
por ellos. Mientras, el presidente del PRD en el DF, Raúl Flores expulsar a René
Bejarano líder de Izquierda Democrática Nacional (IDN) lo acusa de haber
operado a favor del Movimiento Regeneración
Nacional (Morena). A los perredistas solo les queda Michoacán donde Silvano
Aureoles Conejo recibirá a Los Chuchos damnificados.
El michoacano tendrá serios problemas de
gobernabilidad por no haber pactado con
el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El más
beneficiado con esta situación es Andrés Manuel López Obrador, arrebató cinco
delegaciones al partido del Sol Azteca: Azcapotzalco, Cuauhtémoc Tláhuac,
Tlalpan, Xochimilco, y consiguió ganar 16 distritos para sus representantes en
la ALDF. El PRD mantendrá seis demarcaciones (Álvaro Obregón, Venustiano
Carranza Coyoacán, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa,) en estas ultimas
cuatro Morena emprenderá una batalla jurídica.
En contraste, Miguel Ángel
Mancera Espinosa jefe de gobierno del Distrito Federal, no sabe como salir del
fango, pensó que era suficiente mantener buenas relaciones con el gobierno
federal para poder aspirar a ser candidato presidencial. No dudó en perseguir a
su antecesor Marcelo Ebrard Casaubón por las irregularidades en la línea 12 de
Metro del DF.
Sin la mayoría
en la Asamblea Legislativa Mancera Espinosa tendrá que implementar una política
de alianzas. Como parte de su estrategia, se deslindó de la derrota perredista en
la capital del país, cuando es obvio que ejecutó junto con Los Chuchos una elección de Estado que a todas luces fracasó. Resulta
razonable exigirle la renuncia de su gabinete, el primero en salir debería ser
el secretario de Gobierno, Héctor Serrano que ha perdido su capacidad como
interlocutor con la oposición.
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