jueves, 10 de septiembre de 2015

El arte de la simulación

Héctor Tenorio

Imagen de tiempodguerrero.com/
Con miras en el 2018, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), discutirá su futuro del 17 al 21 de septiembre, viven una crisis interna que los ha llevado a perder la credibilidad y el contacto con la realidad. Resulta comprensible que las principales corrientes internas propongan una solución absurda, modificar los estatutos y así facilitar a Agustín Basave que apenas se inscribió como militante, convertirse en dirigente nacional. Nueva Izquierda (NI) terminó cediendo con la condición de quedarse con la secretaria General, el problema es que Alternativa Democrática Nacional (ADN), quiere la misma silla. 

Foro Nuevo Sol (FNS) asegura que no importa quien sea la cabeza, pone su atención en los espacios que podrían obtener. En contraste, los cardenistas carecen de la fuerza necesaria que les permita cambiar el rumbo. Finalmente Izquierda Democrática Nacional (IDN) de René Bejarano tiene un pie en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Bajo estas circunstancias, Agustín Basave o el que se quede al frente de la presidencia se vería obligado a impulsar una alianza con Acción Nacional (PAN) en el 2016, en Oaxaca y Puebla. Dos años más tardes terminaría respaldando a Rafael Moreno Valle gobernador de Puebla, quien es la imagen de la ultraderecha y de la violación de los derechos humanos. Es contradictorio que a Los Chuchos y al FNS (ambos responsables del desastre ideológico), les preocupe que la sociedad vea al PRD como un instituto político obsoleto. 

¿Qué acaso no lo es? Llaman a modernizarlo, a reposicionar la marca como si se tratara de un cosmético. Ellos consideran una pérdida de tiempo trabajar en la democracia interna e impulsar una línea programática de izquierda que enfrente a la derecha depredadora. Creen que con un cambio generacional se frenara la debacle, quizá sus relevos resulten más retrógrados de lo que ellos mismos imaginan.


No olvidemos que a través del tiempo las corrientes lograron desfigurar a la izquierda, los gobernadores Graco Ramírez de Morelos, Arturo Núñez de Tabasco y Miguel Ángel Mancera jefe de Gobierno del DF, no actúan como políticos con un pensamiento opuesto al neoliberalismo. En este sentido, nada se puede esperar de Silvano Aureoles mandatario electo de Michoacán, él estará más atento de quedar bien en Los Pinos que en revertir la inseguridad y la ausencia del Estado de derecho en esa región del país.  
 
Los perredistas deberían enfocar su atención en la forma como evolucionará la investigación de los 43 estudiantes desparecidos en Iguala el pasado 26 de septiembre, que realiza el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). La presión de la sociedad será importante para llegar a la verdad. Incluso el presidente de la República está interesado en esclarecer el caso, la credibilidad de su administración se encuentra en juego. En este contexto, no sería extraño que Ángel Aguirre Rivero quien es gobernador con licencia de Guerrero, termine tras las rejas. Entonces, el desprestigio recaería en el Sol Azteca.

 Vale la pena resaltar la claridad del senador Alejandro Encinas Rodríguez al reconocer que el PRD no fue capaz de transmitir la imperiosa necesidad de cambiar el modelo económico impuesto en 1982. No lograron que los sectores más vulnerables de la sociedad creyeran que si es posible un mejor futuro para todos. Desde su perspectiva “el capitalismo no puede tener un rostro humano porque se basa en la acumulación del capital”.

En esta misma línea de pensamiento se encuentra el senador Miguel Barbosa Huerta que pretende construir una verdadera oposición. ¿Será capaz de crear un nuevo partido político donde las ideas estén por encima de los intereses personales? El tiempo lo dirá.

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