Rocío González Higuera
- El control que tienen los grupos delictivos en vastas regiones del país está por encima de la autoridad legítimamente constituida
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En el primer trimestre de 2015 la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana
(CES), del Estado de México, informó que cinco células de carteles del
narcotráfico se disputan el Estado de
México: La Familia Michoacana, la cual tiene un mayor control del Territorio
con 74 por ciento, principalmente en el
municipio de Tejupilcol; el Cártel del Estado tiene presencia en un 9 por
ciento; La Empresa tiene presencia en un
7 por ciento; Guerreros Unidos tiene presencia en un 6 por ciento; y Nueva
Empresa tiene presencia en un 4 por
ciento.
El senador Alejandro Encinas Rodríguez declaró,
frente a estos datos gubernamentales, que es urgente que se implemente un
cambio rotundo en la política de drogas del Estado, ya que, afirmó, la política
prohibicionista ha fracasado. Expresó
que en los últimos 50 años el empoderamiento de los grupos delictivos
vinculados al tráfico de drogas se ha agudizado junto con el incremento de la violencia, la degradación
de las instituciones políticas y la violación a los derechos humanos.
Externó que lo que va de estos tres años de la
administración del gobierno de Eruviel Ávila Villegas cuatro Cárteles se
disputan el Valle de México, el Valle de Toluca y el sur del Estado.
Manifestó que los Cárteles extorsionan, asesinan,
roban, cobran impuestos y tienen sometida a la autoridad, desde alcaldes hasta
los policías municipales. El Estado de México es la entidad más poblada del
país, con más de 15 millones de habitantes, de los cuales el 70 por ciento se
concentra en la Zona Metropolitana del Valle de México. Expuso que la entidad
mexiquense es sólo un reflejo de lo que sucede a escala nacional, donde la
corrupción y la debilidad de las instituciones permiten la reproducción y
fortalecimiento de los grupos delincuenciales que encuentran en el contrabando
de estupefacientes su principal fuente de ingresos.
El legislador detalló que dentro de esta
política prohibicionista y la guerra
contra la delincuencia organizada lejos de contener al crimen organizado lo ha
beneficiado y consolidado. Argumentó que el control que tienen los grupos delictivos en vastas regiones del
país está por encima de la autoridad legítimamente constituida, así como de la
capacidad económica, financiera, logística y de armamento del gobierno.
Además, destacó que gracias al
prohibicionismo la droga adquiere un gran valor en el mercado negro, por lo que
le otorga a los traficantes cuantiosas ganancias que les dan una capacidad corruptora para penetrar en todos
los órdenes de gobierno, poderes de la Unión e incluso a los partidos
políticos. Abundó que hay que investigar a diversos sectores de la sociedad,
entre ellos a muchas empresas que hoy están dentro de la economía formal y
operan financieramente para el crimen organizado.
Finalmente, el senador por el Estado de México
argumentó que es un tema en donde es urgente avanzar hacia nuevos enfoques como
lo están planteando diversos actores a nivel mundial. "Hay que pasar de
una visión de seguridad pública a una visión de salud pública para avanzar en
la posibilidad de establecer una nueva política de drogas, que no solamente
reclasifique las drogas sino que también permita diversos usos de ciertas sustancias para fines diversos.
Un
primer paso puede ser el uso médico y de investigación científica de algunas
drogas, pero tiene que venir acompañado de un fortalecimiento institucional,
una amplia visión cultural y todo un planteamiento de regulación estatal",
concluyó.
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