Yolanda Cristina Massieu Trigo
yola_massieu@hotmail.com
En su gira por Italia el presidente Peña presumió su política para abatir el hambre y la pobreza. Además, la FAO reconoció a México, con otros 12 países, por sus logros en la lucha contra el hambre. Puede ser cierto que gracias a la Cruzada Nacional contra el Hambre el porcentaje de hambrientos disminuyó entre 1992 y 2014, pero recordemos ciertos datos: aunque el hombre más rico del mundo es mexicano y ha hecho su fortuna en nuestro país, y somos la 14ª economía del mundo, México es el 2° país más desigual de la OCDE, con el 45.5% de la población en pobreza, de los cuales 9.8% están en pobreza extrema. 23.3% está en pobreza alimentaria (hambre) y 12.5% presenta desnutrición crónica, mayor en las zonas rurales. 70% de los hogares está en inseguridad alimentaria.
El director de la FAO expresa que, pese al reconocimiento al país, hay desnutrición crónica en el 14% de los niños menores de cinco años y esta cifra es del 30% entre la población indígena, por lo que “aún queda mucho por hacer”. Además, somos el país de la OCDE donde se trabajan más horas al año y tenemos menos vacaciones que Chile, Colombia, Guatemala y Venezuela, a cambio de remuneraciones miserables: México es el 2° país con salarios más bajos en Latinoamérica, sólo por encima de Perú.
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