Eduardo Ibarra Aguirre
Y con trabajo de inteligencia… Tal es
frase propagandística más manoseada por Alejandro Monte Rubido, titular de la
Comisión Nacional de Seguridad Pública (la que sustituyó a la poderosísima
secretaría del hoy empresario Genaro García Luna), y antes por el sobreactuado
Manuel Mondragón, para ostentar la captura de los capos más buscados en México
y Estados Unidos.
Por
cierto, esa hazaña de capturar a la
mayoría de los capos con el uso del trabajo de inteligencia –apuntalada hasta
el detalle intervencionista por el aparato de seguridad estadunidense– y sin hacer
un solo disparo, generan juicios francos y hasta un tanto cínicos, como el del divisionario
Salvador Cienfuegos a Jorge Fernández Menéndez: “Hemos logrado desarticular los grandes cárteles, que se van
fragmentando y convirtiéndose en bandas que pelean entre sí y que extorsionan,
roban, secuestran, matan. Eso es lo que le molesta al ciudadano: que se metan a
su casa, que le roben su vehículo, que le secuestren a un familiar, que lo
extorsionen en su negocio” (Excélsior, 9-VII-15). Pero lo que más importa es
que el Ejército realice el trabajo sucio a la DEA, a Washington.
Pues sin hacer
un solo disparo, con trabajo de inteligencia y cañonazos no de 50 mil pesos
como en los de tiempos de Álvaro Obregón, sino el equivalente a libras
esterlinas, Joaquín Archivaldo Guzmán estableció un récord, fugarse de un penal
“de máxima seguridad” por segunda ocasión en 14 años: Puente Grande, mejor
conocido como puerta grande, y del Altiplano 1.
Ver para
creer, decía el domínico de Nápoles, de 1225-1274. Leí los titulares de
Aristegui Noticias y luego de Sin Embargo, enviados por Arturo Sandoval,
también la cabeza de su comentario y no logré procesarlos, pensé en una broma
de muy mal gusto, pero el 28 de diciembre está lejano.
El
gigantesco poder corruptor del crimen organizado le propinó un golpe al corazón
de la estrategia punitiva y aún guerrerista contra las drogas, a tono con lo
que mandan los gobernantes del país donde los gobernados más drogas ilícitas
consumen, donde el sistema financiero al servicio de la especulación mayores
recursos del crimen organizado lava y más armas vende todavía a los criminales
mexicanos de todo tipo. Un excelente negocio por partida triple y el gobierno
de México subordinado a los intereses del imperio imposible de administrar y
mantener sin “viajes” permanentes y masivos por las “galaxias”.
Los custodios
detenidos legalmente y reconocidos son 18, habrá quizá más. Pero si la investigación pretende tener
visos de seria, ha de incluir a la cúpula carcelaria federal y la elite de la
seguridad pública y nacional, porque la construcción de un túnel de 1.5 kilómetros
y con las más sofisticadas medidas de ventilación y desplazamiento es impensable
sin que se hagan de la vista gorda hasta muy arriba del gobierno federal. No
acuso porque no es mi papel ni me gusta, simplemente deduzco.
Sobre
todo porque el titular del Ejecutivo federal, ahora de visita de Estado en
Francia con una corte principesca, como lo hizo a la Gran Bretaña, aseguró que “la
detención de Guzmán Loera, alias El
Chapo, acredita la eficacia del Estado mexicano en la lucha contra el
crimen organizado” (La Jornada, 25-II-14), pero advirtió que esto de ninguna
manera debe ser motivo para caer en triunfalismo”.
Y el 26 de marzo de 2014, el parlanchín de Rubido García aseguró en Primero Noticias (Canal
2 de Televisa) que “el líder criminal está fuertemente resguardado”, por lo que no existe
posibilidad alguna de que escape como lo hizo en la cárcel de Puente Grande,
Jalisco. “Tengo la plena certeza de que El Chapo no se volverá a fugar” como en
2001. Sí chucha.
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